Por Carlos Borges

Incertidumbre en la situación del mercado inmobiliario local y nacional

Por Carlos Borges

MP.054 – Corredor Público Inmobiliario

La renta que percibe un propietario es la más baja en la historia, llegando a no más del 4% anual por lo que en general la recuperación del capital de un departamento de 40 m2, puede tardar 20 años e incluso más.

La larga espera de que los vientos de cola lleguen e impacten positivamente en el mercado inmobiliario origina una prolongada y tensa calma, pues observamos un gran recesión en lo que respecta a venta y alquileres y en especial una gran preocupación en aquellos colegas inmobiliarios que al vencimiento de los contratos deben acordar nuevos valores locativos.

En este punto, cabe destacar que esas renovaciones se concretan sin siquiera tener en cuenta los parámetros inflacionarios, ya que de aplicarlos causarían una enorme desocupación tanto en locales comerciales como en las viviendas, y es justamente allí donde nuestra función como mediadores cobra una gran dimensión, acercando a las partes y estableciendo para locatario y propietario un valor justo y pagable. Es allí, justamente, donde el profesional inmobiliario debe poner todo su ingenio para lograr concretar la operación resignando inclusive parte de sus honorarios o financiándolo conforme a las necesidades de los contratantes.

Es necesario resaltar que la renta que percibe un propietario es la más baja en la historia, llegando a no más del 4% anual por lo que en general la recuperación del capital de un departamento de 40 m2, puede tardar 20 años e incluso más y en el cual sobre el costo final el 55% son impuestos en uno de los países con la mayor carga tributaria del mundo. Se debe tener en cuenta que con los altísimos intereses bancarios es imposible la toma de créditos para la compra de viviendas y que los mismos afectaron a sistemas como el UVA, lo que creó inclusive una enorme pesadumbre a aquellos que los tomaron pues necesitaban acceder a la vivienda única.

Si bien esta es una situación que se observa en casi la generalidad de las provincias y por ende la nuestra no es ajena a esta realidad, la complicada situación económica de alguna manera termina impactando positivamente al menos en esta capital.

No obstante, de a poco se van abriendo nuevos polos de desarrollo comercial en las zonas donde el crecimiento poblacional es sostenido, y esto es el resultado de que al incrementarse -aunque sea mínimamente valores locativos pero también teniendo en cuenta el alto costo de mantenimiento de un negocio- ( servicios, impuestos, tasas, sueldos y cargas sociales)y caída fuerte en las ventas por falta de circulante, el centro comercial se va extendiendo por su propia cuenta, sin la debida planificación municipal que se debe tener, orientando el desarrollo de nuestra ciudad y para ello extendiendo y mejorando los servicios.

A diferencia de otros tiempos, de alguna manera hoy, tanto Gobierno provincial como municipal trabajan coordinadamente en la construcción de unidades habitacionales que serán de gran utilidad para las numerosas familias que carecen de una vivienda. De esta forma se lograra disminuir en el tiempo la saturación existente hoy en áreas del micro y macrocentro donde desde la última década a esta parte se construyeron más de 80 edificios en altura, causando enorme impacto en lo que respecta a la infraestructura de servicios de agua y cloacas, ya que no se hicieron mejoras de envergadura en las dos últimas décadas, en especial en el último servicio mencionado.

Desarrollos inmobiliarios

Los nuevos aunque lentos desarrollos inmobiliarios fuera de las denominadas 4 avenidas: barrios Juramento, Belgrano, Sáenz Peña, Parque, Ramon Carrillo,etc, valoriza estas zonas, obliga a mejorar los servicios (transporte especialmente), reduce en gran medida la circulación vehicular en áreas conflictivas del centro, logra una disminución interesante en los valores locativos, y crea alternativas nuevas de recreación (bares, confiterías, pubs,etc,etc).

Toda ciudad crece mejor cuando se planifica para los tiempos, y sin dudas a llegado el momento que el Municipio junto a las diversas fuerzas vivas de la ciudad planifiquen y desarrollen un espacio donde prime la armonía y el crecimiento habitacional sostenido dentro de determinadas normas que no se cambien y se cumplan imperiosamente, aunque las autoridades sean otras.

La situación económica en un país como el nuestro donde reinó y reina la incertidumbre, la inseguridad jurídica, el cambio permanente de leyes que se superponen entre sí y una economía tan variable sin reglas claras, no siempre va a ser igual. Los argentinos sabemos y somos especialistas en luchar con estas situaciones y en salir adelante, razón por la cual considero que en el aspecto inmobiliario debemos siempre estar preparados para prestar el servicio que requiere una profesión en constante crecimiento. Tanto la capacitación como la información, son imprescindibles en nuestro trabajo a fin de asesorar de la manera correcta a los inversores que requieran de nuestros servicios.

El mercado inmobiliario tanto en viviendas como en locales comerciales en tanto se aquiete el dólar, de a poco se irá acomodando y adecuando a los nuevos vientos y por ende, normalizando el panorama inmobiliario tanto local como nacional como ocurre en esta Argentina de tantos sobresaltos.

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