CAÍDA DEL CONSUMO

Garbarino renegoció deuda de $4.000 millones con bancos

La crisis por la caída del consumo afecta también a una cadena de electrodomésticos, como la firma Garbarino. Si bien su situación parece más holgada que la de otras empresas –como Molino Cañuelas o Al Río– hoy se confirmó que la principal cadena de electrodomésticos del país, la misma que tiene el 22% del share de ventas totales, tuvo que renegociar con varios bancos locales una deuda de unos $4.000 millones.

"Es un diferimiento de un año, en rigor, con tasa baja sobre capital. Se acumula la diferencia en una cuenta y se capitaliza al final respecto a tasas de mercado. Es diferir el pago de intereses", especifican desde la compañía con intención de bajarle el tono al tema. No fue tan simple: la negociación con los bancos llevó unos tres mes.

"Hay un significativo alivio financiero para la empresa de casi $200 millones por mes, con un descuento de tasa importante", agregó uno de los negociadores, según publicó Sebastián Catalano en Infobae.

"Los bancos están conformes porque se les va a pagar toda la deuda", dicen en la empresa.

Pero por nombre y peso propio, la noticia no deja de ser una señal de alerta. Si bien desde la cadena muestran optimismo sobre la recuperación del consumo –ven mejoras lentas, "más que nada por precio y no tanto por financiación"– tanto desde el mercado financiero como desde el sector de electrónica de consumo, hay algunas dudas.

Sobre todo en lo que tiene que ver con los avales del acuerdo: fuentes del sector financiero destacan que como parte de la renegociación –y en un proceso que suele darse en estos casos– los bancos se habrían quedado con un mandato para, eventualmente, buscar interesados que quieran comprar la empresa o evaluarlos si aparecen.

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Lo cierto es que la empresa "logró patear la deuda", como describe de manera bastante más coloquial otra fuente involucrada en la negociación. Sus principales acreedores son los bancos Santander y Galicia, que tienen el 70% del total.

El resto está en manos de HSBC, Patagonia, Banco Nación, Banco de la Ciudad de Buenos Aires, Banco Provincia de Buenos Aires y Bancor. 

"Está todo más estable. Apostamos a que el consumo va a mejorar. Quizás en ese momento sí se va a poder hablar de una renegociación de verdad. Es un tema de descalce: esa deuda, más o menos, es lo que factura la empresa por mes", explica desde la compañía que pertenece a la familia homónima. Aseguran, además, que la relación con las entidades acreedoras es "muy buena", que se llegó a un acuerdo "relativamente rápido" y que para "agilizar el proceso de negociación" contrataron a First Capital Group.

Los dos drivers que erosionaron la rentabilidad de la cadena fueron la caída de las ventas y el freno, en medio de la crisis del año pasado, a los fideicomisos, el instrumento principal en el que se basa la estrategia financiera de este tipo de negocios.

Desde Garbarino aseguran que en 2018 tuvieron que competir con muchos de sus propios proveedores que en medio de un contexto de baja extrema de ventas y consumo se sacaron de encima inventarios vendiendo en Mercado Libre y, además, con precios de muchos productos similares a los de 2016.

"Entre mayo del año pasado y enero de este, con las súper Lebacs en el medio, no había fondos para invertir en la cartera. No se podía vender con crédito propio (más allá de que las tasas era muy altas) porque no se podía descargar en fideicomisos, casi no hubo mercado. Los fondos empezaron a aparecer en enero. Ahora sacamos un nuevo fideicomiso por unos $290 millones a 63% más o menos", describen.

En 2018, las ventas en categorías de electrónica e informática, el corazón de la cadena, se desbarrancaron. Y en el arranque del 2019 no es mejor, con una contracción del 31% en todo el retail cuando se compara el acumulado de enero-marzo con igual período de 2018, según GfK.

Sostener el modelo

Por fuera de la cadena también hablan de "descalce en costos" para explicar el contexto. "No hicieron las cosas del todo bien para sostener un modelo que en tiempos de crisis puede volverse complejo. Les pegó la inflación y la baja de ventas, básicamente. Tuvieron que dejar de pagar en algunos casos. Cuando el retail cae, muchas veces el accionista tiene que poner plata. Y no parece ser este el caso hasta ahora", opina una fuente que siguió de cerca la evolución de acuerdo.

También es verdad que hay "celos" en varios sectores por las bajas tasas a las que accedió en este proceso.

En 2018 Garbarino facturó unos $25.000 millones. Tiene siete líneas de negocio (Garbarino, Compumundo, Ipoint, Viajes, Soluciones Logísticas, Seguros y Créditos) y apuesta a una reconversión importante con foco en áreas como la venta online, que ya representa el 20% del total, y a servicios como logística en el que invirtieron $300 millones el año pasado: tiene un centro de distribución en La Tablada, puntos de pick up en todas las sucursales, una flota de 100 vehículos para el AMBA y delivery express para productos chicos y medianos.

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La empresa empresa tiene 4.800 empleados y viene realizando una fuerte reducción de personal, a razón de 50 y 60 empleados menos por mes desde 2016, cuando eran unos 5.900. En marzo tuvieron un comienzo de conflicto gremial y pagaron los sueldos en dos partes.

"Al final, la segunda mitad la pagamos en tres horas. Fue por un tema bancario, nada que ver con otra cosa. Se resolvió muy rápido", explicaron, pero el tema encendió algunas luces de alerta entre los empleados.

Además, tiene un planta de fabricación propia en Tierra del Fuego que comenzará a funcionar otra vez en junio.

Hubo paradas a mitad de diciembre y casi todo enero, como suele ser habitual, pero en febrero no volvieron y recién comenzarán a producir el mes próximo.

Allí se fabrican televisores y celulares Samsung, televisores LG y aires acondicionados de marca propia (Covent) bajo el viejo convenio de promoción y cierta flexibilización que los gremios con presencia en la isla acordaron recientemente con Afarte, la asociación que nuclea a las empresas del sector; trabajan unas 300 personas.

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