MITOS

El supuesto pasado nazi del imponente establecimiento

Las espectaculares postales que ofrece el mar cordobés, como llaman a Mar Chiquita los nativos de la provincia mediterránea, establecen un fuerte contraste con las lúgubres sospechas de que sus instalaciones fueron empleadas para ocultar jerarcas o atender soldados heridos del nazismo tras la derrota de la Alemania de Hitler en el final de la Segunda Guerra Mundial.

Incluso algunos relatos ubican al mismísimo Führer reuniéndose con Juan Domingo Perón en la inexpugnable intimidad tras sus muros. Más allá de la polémica surgida a partir del rechazo de los descendientes del primer propietario, durante las visitas guías que se realizan por las inquietantes estancias abandonadas del complejo, se mencionan estos hechos: la celosa privacidad que se le debía garantizar a sus visitantes, la mayoría de los cuales no podían ocultar el hecho de ser de origen germano; la inversión de unos 25 millones de dólares en un rincón desconocido del país en ese entonces; la existencia de una decena de guardias que vigilaban todo el complejo tanto en su interior como exterior en forma permanente.

¿Hitler estuvo allí? El 20 de julio de 1944, un grupo de oficiales de la Wehrmacht liderados por el coronel Claus Philipp Maria Justinian Schenk Graf von Stauffenberg intentaron un golpe de Estado contra el régimen nazi a través de la denominada Operación Valkiria, cuyo eje era la reserva del ejército. En ese plan, el propio Stauffenberg intentó acabar con la vida de Hitler, colocando una bomba en la sala de conferencias de la Führerhauptquartier Wolfsschanze o Guarida del Lobo.

El artefacto explosivo detonó cuando el líder nazi se encontraba analizando la estrategia militar sobre un mapa, lo que le ocasionó heridas en un brazo, quemaduras en el cabello y cortes en el rostro. Ese episodio adquiere importancia en los divulgadores de la leyenda del Gran Hotel Viena, porque se trata de vincular la fecha del atentado con el momento en que presuntamente Hitler llegó a Miramar para aprovechar las propiedades curativas de la laguna, que le ayudarían a una rápida recuperación de las heridas sufridas durante la explosión dentro de su búnker.

Las preguntas sobre la veracidad del hecho son inevitables: ¿es sólo producto de la imaginación popular? ¿Quizás una historia que debería ser indagada con más profundidad? Para el sitio web www.granhotelviena. com, desde el que se busca desmentir este mito, se trata simplemente de “una patraña para atraer turistas al lugar”. Al no encontrarse sustentos escritos, la historia del antiguo hotel de Miramar se reconstruye en gran medida a través de la tradición oral, con dichos, recuerdos y anécdotas personales de los vecinos, según el diario La Voz del Interior.

Es así como la infidencia de una empleada, en los años ’40, propagó hasta la actualidad la hipótesis sobre la visita de Hitler al lugar, lo que incluye hasta una reunión secreta con Juan Domingo Perón cuando era el hombre fuerte del gobierno de facto que había tomado el poder en 1943. Otro ingrediente que alimenta la polémica es que la Municipalidad de Miramar y la firma Wandorf Company SA, creada por Máximo Pahlke (hijo) en 1965, discuten actualmente en la Justicia la posesión de ese antiguo complejo turístico.

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