ANÉCDOTAS DE LA HISTORIA

Ideólogos que no gobernaron, ideas que sí lo hicieron: Juan Bautista Justo (Primera parte)

Por Eduardo Lazzari. Historiador

El debate político argentino del comienzo del siglo XXI adolece de la falta de las grandes ideas renovadoras, que fueron abundantes y profundas a fines del siglo XIX, cuando el gran marco del debate fue establecido por la Constitución Nacional de 1853, provocando la aparición de novedosas ideas, muy a tono con lo que ocurría en el mundo por entonces. El abrumador avance de las ideas librecambistas en lo económico, basadas sobre todo en el pensamiento de los ingleses Adam Smith y John Locke, se impuso en las grandes naciones capitalistas, como Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y Alemania, y sobre todo en los noveles países de Sudamérica, donde se destaca el desempeño de la Argentina. El liberalismo político, de la mano de las ideas de los franceses Montesquieu y Rousseau y los padres fundadores estadounidenses, también alcanzó una difusión notable en el mundo.

En el marco de estas ideas que marcaron la modernidad posterior a las tres grandes revoluciones: la inglesa de 1649, la estadounidense de 1776 y la francesa de 1789, es que se desarrollan el socialismo, con el pensamiento de Henri de Saint Simon, Carlos Marx y Federico Engels. Y la Argentina, que desde 1870 inicia un camino de liberalismo político, librecambismo económico y desarrollo social muy marcado, se convierte en el campo de cultivo extraordinario en la región para la aparición de las ideas socialistas, que encontraran en Juan Bautista Justo el hombre indicado para avanzar en la estructuración de ideas que podríamos definir como de un “socialismo criollo”, por sus peculiares características ancladas en la realidad nacional.

Nacimiento, educación y formación profesional

Juan Bautista Justo nace en una casa colonial, en la calle Balcarce del barrio de San Telmo, en Buenos Aires, el 28 de junio de 1865, en el hogar formado por Juan Felipe y Aurora Castro, ambos porteños de linaje unitario, en los tiempos que comenzaba la guerra de la Triple Alianza. Gozaban de un buen pasar, y de hecho, la vivienda familiar se encontraba en el predio lindero al molino harinero de los Justo, donde se procesaban las cosechas de los campos de los Castro, ubicados en Tapalqué, en el centro de la provincia de Buenos Aires. El origen del pueblo de Tapalqué fue el fortín “La Vanguardia”, que el niño Juan Bautista, tercero de diez hermanos, escuchó muchas veces y que sin duda influyó en el nombre del periódico que crearía muchos años después.

Los hermanos Agustín Pedro y Francisco Domingo Justo llegaron a Buenos Aires en 1829, luego de emigrar de Italia hacia España, y luego a Gibraltar, donde castellanizaron su apellido original Giusto. En Agustín nace el linaje de su nieto, presidente conservador de la Argentina entre 1932 y 1938; y de Francisco vendrá la sangre del más extraordinario dirigente socialista de la América del Sur. No hay registro de contacto frecuente entre estos primos lejanos, protagonistas de varias décadas de la historia nacional.

El matrimonio Justo Castro no soportará las ausencias prolongadas del padre, que dedicaba sus mayores afanes a los negocios agropecuarios, y llegaron a la separación, algo muy desusado para la década de 1880. Doña Aurora será para Juan Bautista la primera maestra, y a los seis años el niño ingresó en la Escuela Inglesa, una mala experiencia. En 1876 ingresa al Colegio Nacional de Buenos Aires. Recordará de esos tiempos que “allí aprendí algo de matemática, física y química…Me interesé por el francés y por el inglés, más que por el latín y el griego, y no me arrepiento… no he conseguido meterle el diente a eso que se enseña en los colegios bajo el nombre de filosofía y sigo refractario a eso…”.

En 1882 ingresó, a sus diecisiete años, a la facultad de Medicina, graduándose en 1888. Su carrera universitaria fue brillante, y se destacó publicando gran cantidad de trabajos científicos, lo que le permitió además desarrollar sus dotes como escritor y periodista, y eso le sirvió para trabajar como reportero y cronista del diario “La Prensa”. Fue medalla de oro de la Universidad de Buenos Aires y su tesis fue catalogada como “el estudio más acabado y perfecto que puede hacerse sobre el tema”. Inmediatamente partió hacia Europa, y prosiguió sus estudios como cirujano en París, Viena y Berna.

Al regreso fue designado como profesor suplente de Clínica Quirúrgica, en los tiempos que las cátedras se obtenían por decreto presidencial. Fue un propagandista de las nuevas técnicas quirúrgicas y un promotor de los nuevos instrumentos para las cirugías. Fue el pionero del método aséptico en el país, el primer cirujano sudamericano que operó una hernia inguinal y el primer médico del mundo que practicó una resección ósea en el cráneo de un niño epiléptico.

Su primera familia

En 1899 comienza a convivir con Mariana, una de las tres hermanas Chertkoff, inmigrantes judías nacidas en Odessa, en el imperio ruso, llegadas a las colonias de Entre Ríos gracias a la gesta del barón Mauricio de Hirsch, y que tendrían una gran influencia en el socialismo argentino, ya que Fenia se casó con Nicolás Repetto, y Adela con Adolfo Dickman. Solía bromearse en las reuniones socialistas diciendo que las Chertkoff eran las verdaderas líderes del partido.

Del matrimonio de Juan Bautista y Mariana nacerán seis hijos, tres varones y tres mujeres. En los años de vida familiar, Juan Bautista actuará como médico rural en Junín, fundando una cooperativa, una biblioteca, una sociedad de socorros mutuos y un centro socialista. En 1904 vuelven a Buenos Aires, ya que Justo es nombrado profesor titular de la Facultad de Medicina, cargo del que será exonerado por apoyar un movimiento de reclamo estudiantil a favor de la democracia universitaria. La familia se muda a Morón, a pesar que la actividad de Juan Bautista se da en Buenos Aires. Mariana muere en 1912, a los 36 años, y Justo se dedica en pleno a sus hijos, que quedaron huérfanos de madre.

Su segunda familia

La intensidad de sus actividades, tanto profesionales como políticas, lo acercan a una joven socialista de gran iniciativa, Alicia Moreau, quien había llegado al país desde su Londres natal en la década de 1890. Fundadora del Centro Feminista Socialista y de la Unión Gremial Feminista, fue una de las primeras médicas argentinas, recibiéndose en 1913. Alicia y Juan Bautista convivieron desde 1922, y tuvieron tres hijos, que fueron criados junto a los anteriores vástagos de Justo. Alicia lo acompañará hasta la muerte de Justo, en 1928.

Su pensamiento y el inicio de su actuación política

Durante su estadía en Europa, en 1889, conoce el pensamiento de Carlos Marx, estudiando el libro “El Capital”, convirtiéndose en el primer traductor al castellano del texto fundacional del socialismo científico. El inicio de su carrera política se da durante la crisis de 1890, cuando participa de las reuniones y “meetings” (origen de nuestro criollo mitín) de los jóvenes opositores al gobierno de Miguel Juárez Celman. Allí conoce a Francisco Barroetaveña y comienza a escribir en el periodico “El Obrero” de inclinación socialista.

En 1894 funda “La Vanguardia”, publicación socialista, y Justo, para sostener el emprendimiento, vende su auto y empeña su medalla de oro universitaria. Lo secundan los tipógrafos Esteban Jiménez y tipógrafo Augusto Kuhn, el carpintero Isidro Salomó y el tonelero Juan Fernández. En 1895 ya es uno de los diarios de Buenos Aires, y con algunas intermitencias a lo largo del siglo XX, y no exenta su historia de persecuciones y censuras, sigue publicándose una vez al mes.

En 1895, viajó a los Estados Unidos. Dedicará gran cantidad de escritos a referir sus impresiones en el país del norte. Las publicará en “La Vanguardia”, y dirá que “es en Norteamérica donde el capitalismo se desarrolla hoy más grande y más libre. Es aquí pues donde conviene estudiar su evolución”. Es el tiempo en que empieza a desarrollar la idea de un marxismo adaptado a las condiciones locales de cada sociedad.

El 28 de junio de 1896, el mismo día que cumple 31 años, Juan B. Justo funda el Partido Socialista Argentino, resultando elegido presidente, cargo que ocupará hasta su muerte. En la asamblea fundacional participan centros socialistas de todo el país, y los dirigentes e intelectuales más reconocidos del pensamiento social argentino, como José Ingenieros, Nicolás Repetto y Alfredo Palacios.

Continuará...


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