EL PARTIDO DE MI VIDA

Carlos Fidel Salvatierra se fue por la puerta grande

El 8 de junio de 1991 el Ferro se jugaba la permanencia en un partido a todo o nada ante el Matador. “Ruli” hizo un gol y se retiró con la misión cumplida de evitar que su equipo descendiera.

Por Pablo Díaz

@pablodanieldi76

El otoño de 1991 estaba llegando a su fin y él ya sabía que no vería la próxima primavera. La decisión del retiro ya estaba tomada,pero faltaba un partido más, el más importante.

Carlos Fidel Salvatierra,más conocido como “Ruli”,tenía en claro que el momento de colgar los botines era ese. Pero no se lo permitiría hacerlo con una derrota. Porque ante Tigre se jugaba nada menos que la permanencia en el Nacional B. La campaña de Central Córdoba no había sido buena.

El equipo que dirigíaVidal Muggione habíaterminado penúltimo con33 puntos, pero el promediole alcanzó para superara Cipolleti y Atlanta. En laúltima fecha, necesitaba almenos un punto para zafardel descenso. O que Tigreno gane.

Pero ocurrió todolo contrario: Central perdióen su visita a SportivoItaliano (1-2) y el Matadorvenció como local a Dálmine(1-0).Central y Tigre igualaronen 0.896 de promedio ytuvieron que jugar un partidodesempate el 8 de juniode 1991, en el estadio 15 deabril de Unión de Santa Fe.

Y ese fue el “partido de mivida” de “Ruli” Salvatierra.Nada más y nada menosque el último de su carrera.Lo más curioso es queaquel partido en Santa Fe,Salvatierra casi no lo juega.

“Me expulsaron en laúltima fecha, contra Italianoen Buenos Aires. Yo ledecía a los dirigentes quea Tigre le habían expulsadodos jugadores y que tratarande arreglar para quepodamos jugar. Me contestaronque por razones económicasno podían viajara Buenos Aires para arreglar”,recuerda el volanteque terminó jugando enlos últimos años de primermarcador central.

Dentro de la cancha,“Ruli” fue de esos jugadoresque siempre entregó todo.Y fuera de ella no era laexcepción. Por eso, lejos dequedarse de brazos cruzadosy resignado a perderseesa final, tenía una últimacarta para jugarse. “Elabogado de mi obra social,la de los telefónicos, pertenecíaal Tribunal de Penasde AFA y tenía que viajar.

De trece integrantes ibanocho y justo esa semana letocaba a él. Lo hablé paraexplicarle la situación y medijo que iba a hacer lo posiblepara que juegue, teniendoen cuenta que no habíasido roja directa sino dobleamarilla”, agrega el ex jugador.Con la esperanza de poderjugar, Salvatierra lecontó su caso al entrenadory le prometió una definiciónpara el jueves.

Esedía, en la práctica de fútbol,Muggione puso a “Ruli” enel equipo de los suplentes.Esa misma noche, la delegacióntenía que emprenderel viaje a Santa Fe.Como cada noche previaa un viaje, el plantel sereunió a cenar en un restaurantede calle Rivadavia,gentileza de la LigaSantiagueña de Fútbol.Como no existían los celulares,“Ruli” se había ido asu casa porque tenía quellamar por teléfono al abogado.Y recibió la respuestaesperada: estaba habilitadopara jugar (no recibiófecha de suspensión,al igual que uno de los dosjugadores de Tigre expulsados).

Salvatierra fue a contarlela novedad al entrenadory este hizo que un dirigentelo llevara a su casa a buscarel bolso para que viaje.Al mismo tiempo, el utilerofue al club a buscar los botinesde “Ruli”. Toda unacarrera contrarreloj que sepudo ganar.“Me moví solo para poderjugar y lo conseguí. Enel viaje iba pensando en todoel sacrificio que hacíapara jugar porque yo trabajabaa la mañana, me entrenabapor la tarde y encimalos dirigentes no habían hechonada para que yo puedajugar ese partido tan importante.Por eso empecé amasticar la decisión del retiro”,rememora.“Entonces, antes de salira la cancha les dije a losmuchachos que quería unesfuerzo extra de todosporque quería ganar estepartido para dejar a Centralen el Nacional B porque meiba a retirar”, con esa conviccióncon la que “Ruli” lehabló a sus compañeros, elFerro salió a buscar la victoria.No había mucho optimismoentre los hinchas de Central Córdoba en cuantoa ese partido. Tigre llegabamucho mejor y en el Ferrose sentía mucho el problemaeconómico. Tanto queaquella tarde en Santa Fejugaron sin sponsor en lacamiseta.Pero el equipo siempremantuvo la confianza.En esa final Central formócon: Héctor Cassé; MarioBritos, Carlos Salvatierra,Carlos Mazza y Martín Cáceres;Vicente Franceschi,Luis Asili y Juan CarlosAlurralde; Omar Díaz,Marcelo Barraza y ClaudioChena.En el primer tiempo, fueTigre el que presionó encampo rival y buscó complicar.Pero abusó del pelotazo.

Allí se lució “Ruli” y sucompañero de zaga, Mazza,sacando todo de cabeza.En la segunda mitad, todose abrió a los 15 minutos,con el gol de cabeza de Franceschi.Ya con espacios, el arquerode Tigre le cometió unpenal a Alurralde, sobre los34’. Era el momento clave,un gol prácticamente liquidabael pleito. El capitán sehizo cargo y no falló. El tercero,de Barraza a los 45’, decoróel resultado. Pero “Ruli”ya había cumplido con su goly pudo retirarse en paz.

Lo quiso el “Tatengue”

Ni bien finalizó el partido ante Tigre, en pleno festejo en el vestuario de la cancha de Unión, unos dirigentes del “Tatengue” se acercaron para preguntar por Salvatierra.

“Me querían para que juegue de su equipo, que en ese momento estaba jugando en la Primera División. Pero yo les dije que ya había tomado la decisión de retirarme”, recuerda “Ruli”, quien además tiene una anécdota graciosa al respecto: “Ellos insistieron pero yo seguía firme.

Pero cuando me preguntaron qué edad tenía y les respondí 36, ya no insistieron más. Ellos creían que era más joven”.

Salvatierra se considera un afortunado y lo explica: “Debuté en la antigua cancha de Santiago y metí un gol de tiro libre.

Y en el último también hice un gol, pero de penal”. l

TAGS Central Córdoba
Ir a la nota original

MÁS NOTICIAS