DEPARTAMENTO COPO

Prisión preventiva por degollar al compañero de trabajo y arrancarle las amígdalas

La jueza de Monte Quemado, Copo, Valeria Díaz, dictó ayer la prisión preventiva para un trabajador de un campo, detenido por degollar a un compañero y arrancarle parte de las amígdalas, tras una cena e ingesta de bebidas alcohólicas.

Así lo dispuso la magistrada en audiencia, al fallar en contra de Felipe Néstor Astorga, de 65 años, oriundo de Salta, quien segó la vida de Pedro Gallo, procedente de Chaco, en una vivienda en el paraje Juan Ángel Nicolás, ubicado a la vera de la ruta provincial 92, a pocos kilómetros de Monte Quemado.

La investigación que lleva adelante el fiscal Santiago Bridoux sostiene que los compañeros de trabajo registraban reiterados entredichos y pujas verbales por autoridad en el campo.

Al parecer, Astorga y Gallo compartieron la comida con una pareja amiga. Ésta se retiró luego y los dos protagonistas quedaron solos bebiendo. Ya de noche estalló una pelea, sin que aún hayan aflorado los detalles finos del paso de la armonía a la ira. Sí se sabe que Astorga degolló a Gallo.

Fue tal la violencia que le habría arrancado parte del cuello, con amígdalas incluidas, herida que aún provoca estupor entre médicos, enfermeros, instructores y efectivos de la División Homicidios y Delitos Complejos.

Los profesionales advirtieron una herida de 15 centímetros punzo cortante; daños gravísimos en la tráquea, el esófago, la propia clavícula, trascendió. “Homicidio simple” es la figura atribuida por el fiscal. Sin embargo, no se descarta que el fiscal le agrave los cargos llevándolo a “homicidio con ensañamiento y alevosía”, se supo.

Luego, Astorga huyó y la víctima fue descubierta en un charco de sangre por un hijo del propietario del campo, de apellido Comán, quien informó a la Policía lo sucedido. Una hora después, el presunto homicida fue encontrado escondido en una casa cercana y terminó apresado de inmediato. No fue tarea fácil.

Astorga alcanzó a derribar a un uniformado a trompadas. Entre el asesinato y su caída, el salteño tuvo tiempo suficiente como para desprenderse de la ropa llena de sangre, cambiarse por una limpia, y al parecer ensayar algunas maniobras, tendientes a burlar a la Justicia.

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