El streaming ya transita el inevitable adiós a “El Marginal”

Pablo Culell, cofundador de Underground Producciones y productor general de “El marginal”, la serie carcelaria furor desde su estreno en 2016 que ya llegó a Netflix con su quinta y última temporada, avisó que el final será “diferente a lo que tal vez el público pueda esperar”.

“Está bueno saber decirle adiós para que siga siendo inolvidable”, evaluó Culell, en charla con Télam, en referencia a la decisión de la productora de cerrar el ciclo.

Cocreada entre Sebastián Ortega y el cineasta Adrián Caetano, “El marginal” debutó en junio de 2016 en la TV Pública, y se potenció luego en su segunda pantalla, Netflix, donde consiguió récords de visualizaciones para una ficción en habla no inglesa solo superada por “La casa de papel” y “El juego del calamar”.

“Es una serie muy argentina, desde la estética, de los diálogos, la música, los textos, pero que no deja de tener una trama absolutamente universal”, ensayó Culell a modo de explicación posible de la trascendencia internacional de una trama carcelaria en la que abundan puteadas “argentas” y lunfardismos.

Con la exclusividad de los derechos de la serie en manos de Netflix, y con coproducción de Underground y Telemundo Streaming Studios, la temporada final tiene solo seis episodios que darán cierre a la historia de Pastor (Juan Minujín), Diosito (Nicolás Furtado), Mario Borges (Claudio Rissi) y Antín (Gerardo Romano). La trama retoma tres años después, luego de la accidentada fuga de Pastor y Diosito del penal de Puente Viejo. Pastor fue recapturado y, de nuevo encerrado, publicó un libro sobre sus experiencias penitenciarias.

Por su parte, Diosito busca su lugar fuera de los muros, aunque no muestra mucha predisposición a abandonar los viejos hábitos. En tanto, en Puente Viejo las disputas por el poder recrudecen. Además regresa Maite Lanata con el personaje de Luna Lunati, a quien Pastor rescató de su cautiverio en la primera temporada y que ahora es abogada.


-¿Cómo explicás que la serie haya podido viajar tan bien al exterior?

Es una historia cruenta, marginal, y al mismo tiempo una gran dosis de humor negro que hacía que se pudiera tamizar tanta violencia con respiros. Esa mixtura generó empatía e impacto en la gente, y para los ojos del mundo ver lo exótico de las cárceles latinoamericanas llamó la atención.


-¿Por qué atraen tanto las historias marginales?

Una historia carcelaria genera ante todo mucha curiosidad y morbo. Se mezcla la catarsis que el público hace ante la violencia extrema con conocer estos submundos que todos sabemos que existen, pero no todos lo transitan. También la contradicción del ser humano, ese lado B que interpela sobre la violencia, la justicia, la libertad. Y el entretenimiento que aporta, porque si la gente no se entretiene, no pasa a ser popular.


-¿Cuál es el legado de “El marginal”?

Fue una de esas series que marcan un momento bisagra en la historia de lo audiovisual. Será uno de los grandes hitos de la televisión argentina. Nunca una serie en este formato tuvo cinco temporadas, es la primera vez. También creo que la repercusión que tuvo en el circuito de festivales, de premios, las grandes audiencias. El legado es eso: que fue una serie absolutamente popular, pero también muy bien vista por la crítica internacional. 

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