Indagarían a tres acusados de estafa, buscan a un docente y la lista de víctimas se incrementaría

La Fiscalía indagaría esta semana a los dos gendarmes y al hombre ligado a la venta de autos, sospechados de perpetrar una estafa de casi $ 10.000.000, mientras busca a un docente que se encontraría prófugo. “Estafa” y “asociación ilícita” son los cargos enrostrados por la fiscal Lorena Nieva al presunto cerebro de las operatorias, Marcelo Eduardo Jiménez, rostro visible de una concesionaria de calle Misiones; le siguen los gendarmes Walter Gabriel Veleizán y César Ezequiel Blanco.

Aún no habría sido apresado un maestro de apellido Ávila, con residencia en Vinará, Río Hondo, quien trabajaría en Colonia Dora y Herrera. Las denuncias fueron refrendadas por una decena de particulares, pero se sospecha que las víctimas superarían las 90 en capital.

El listado continuaría con damnificados de Ávila, en Las Termas de Río Hondo. Pese al hermetismo, se sabe que algunos denunciantes fueron identificados con los apellido Gallardo, Verón, Narváez, Galiano, Barraza, entre otros.


Patrones comunes

El común denominador sería que todos eran amigos al menos de Jiménez. En contexto, los cuatro imputados señalaban formar parte de la franquicia de una empresa, pero sin informar que sus responsables habrían sido apresados en noviembre del 2020 en San Nicolás, Buenos Aires. Pese a las redadas en Buenos Aires, los sospechosos habrían recurrido a una plataforma virtual ficticia. Invitaron a santiagueños a ingresar a la supuesta empresa denominada un fondo de inversiones, ávida de una inyección de dinero para alcanzar metas ambiciosas.

A su vez, los acusados sostenían integrar una firma de servicio de coches puerta a puerta, similar a Uber, lo cual dejaba traslucir seriedad. Los incautos recibían videos de la firma ficticia y hasta formaban parte de un grupo de whatsapp que todos los días elogiaban al tan mentado fondo común de inversiones.

Después de noviembre del 2020, según las denuncias, Jiménez, Blanco, Veleizán y Ávila advirtieron que ellos no recuperarían sus inversiones. Ergo, de estafados habrían pasado a convertirse en estafadores. ¿Por qué? Valiéndose de una aplicación, sedujeron a numerosos potenciales inversores; crearon y vendieron sus créditos: en la practicaban recibieron pesos y dólares a cambio de pagar hasta en bitcoin.


Situación límite

Hasta abril del 2021 habrían cerrado operaciones en toda la provincia, pese a conocer internamente que los recién llegados jamás se reencontrarían con sus inversiones. Cada una de las denuncias le sería notificadas esta semana a Jiménez, Blanco y Veleizán. Para los damnificados, el número de denunciantes empezará a incrementarse desde hoy. Se calcula que las estafas bordearían los quince millones de pesos.

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