Añatuya: jubilado de la policía denunció “impedimento de contacto” de su hija de 9 años
Un jubilado de la policía denunció a su ex pareja por “impedimento de contacto” de una hija en común de 9 años, “a quien no veo desde que comenzó la pandemia en marzo del 2020”, afirmó.
Acompañado por su abogada, Griselda Ruiz Milani, el ex funcionario acudió a EL LIBERAL.
“Vivo en Añatuya y mi casa, mi historia, radican en esa ciudad, pero estoy desesperado. Así como una mujer llora, también me cansé de llorar. Lo único que pido a la Justicia es que me permita ver y disfrutar de mi hija”, instó. Con palabras y lágrimas, el hombre desandó su vida. Tiene 54 años.
Su hija nació en el 2013 y al año siguiente el vínculo de sus padres cesó. “La Justicia me detuvo 32 días por violencia. Después, firmé un juicio abreviado y me condenaron a un año de prisión en suspenso”, afirmó, a sabiendas de que ello no lo favorece.
“ N o s o y m e n t i r o s o y siempre fui de frente. Pero que se me acuse ahora de violador no lo acepto; no por mí, sino por mi hija. Ella algún día crecerá y no quiero que nadie murmure sus orígenes. Ella y yo nos estamos perdiendo un tiempo único, irrepetible, que no será reparado ni con una resolución judicial”, ahondó. Desde el 2014 que el ex policía recorre los pasillos de la Fiscalía.
“Aprendí lo que es pedir, esperar, golpear una puerta y que te digan que no, lo que significan pericias. Todo eso hasta hoy no me sirve de nada. Mi ex pareja se encaprichó en no dejarme verla, porque me asume violador”, lamentó. A su lado la abogada conduce la entrevista al universo judicial, allí donde las lágrimas de un hombre o mujer pasan por el tamiz de la señora con los ojos vendados.
“Desde el 2014 mi cliente viene en su largo peregrinar. La Justicia ya desestimó acusaciones de abuso sexual, pero la otra parte simplemente desobedeció una y otra y otra vez las resoluciones de un juez”, detalló Ruiz Milani.
“Cuado asumí en el 2019, mi representado retiraba a su hija con un tercero como acompañante. Hubo ancianos, amigos de un culto evangélico. En el 2018 llegó a visitar a su hija sentado en la vereda de la casa de su ex. Eso nadie podía aceptarlo, pero la otra parte lo tenía bajo su yugo”. La letrada describe tiempos, fechas, resoluciones, pericias, avances y retrocesos; todos ellos, siempre se estrellaron contra la personalidad de una mujer que no quiere que su hija vea a su padre, asumiendo la potestad de la revinculación, cual trofeo de guerra.
“No sé qué hacer señor”, agregó el hombre. “ Tengo mucho cansancio acumulado. No quiero que mañana mi hija, ya grande, me encuentre en la calle. O no me dé bolilla, o me diga: no hiciste nada por mí. Hoy vengo al diario porque solo me moviliza el amor a mi hija. Mientras algunos tienen a sus hijos y le dan lo que les sobra, usted no tiene idea cuánto daría yo aunque sea por una hora para abrazarla y besarla”.
“Confiamos en la Justicia”, señaló Griselda Ruiz Milani
“Mi cliente fue denunciado por abuso en el 2016 y en el año 2020. En el medio, el pobre estuvo un año y medio sin ver a su hija. En la segunda acusación, la Justicia dispuso la realización de una Cámara Gesell y la nena lo único que dijo fue que quiere ver a su padre”, afirmó Ruiz Milani a EL LIBERAL. “Ergo, no hay un solo impedimento para que mi asistido recupere el vínculo con su hija”, subrayó. “En función del tiempo transcurrido hemos juzgado que era prudente una pericia y los expertos han establecido que la menor está aleccionada. Pese a ello, aún confiamos en la Justicia y bregamos para que pronto esta niña y su padre recuperen un vínculo. Buscamos, con todas las fuerzas y los recursos legales, unir ambos universos porque tenemos la certeza que la Ley se nutre del amor. Y a la Justicia la administran los hombres, justamente con amor”, enfatizó la abogada.