PADRE “JUANI” LIÉBANA

"Coronar a María es reconocer el cariño que le tenemos como gran familia huachanera"

La coronación pontificia de la imagen milagrosa se realizará durante la festividad del próximo 31 de julio, durante la santa misa que será presidida por los obispos de las diócesis de Santiago del Estero y Añatuya.

El padre Juan Ignacio Liébana ("Juani"), rector del santuario de Nuestra Señora de Huachana, no ocultó su gran "satisfacción y emoción" por la pronta coronación pontificia de la imagen de la Virgen, que tendrá lugar el 31 de julio, durante la celebración central de la fiesta de la patrona.

El sacerdote, que cada sábado celebra misas y bautismos en el santuario del pequeño poblado de Huachana, se mostró entusiasmado y expresó que "nombrarla a María como Reina de nuestras vidas es reconocer el valor inmenso y preciado que Ella tiene para nosotros, el cariño que le tenemos como gran familia huachanera".

Liébana confirmó que la ceremonia de coronación será presidida por los obispos de las diócesis de Añatuya y Santiago del Estero, monseñores José Luis Corral y Vicente Bokalic, respectivamente, durante la celebración central que tradicionalmente se realiza en el mes de julio, y que volverá a ser presencial luego de dos años.

"El Papa ya había tenido un gesto que pasó desapercibido. En febrero de 2014 tuve la oportunidad de ir a visitarlo, y él me regaló para el santuario su solideo (el gorrito blanco que usan los papas), y de alguna manera con ese regalo, reconoció la importancia de la fiesta de la Virgen, y fue un gesto para los peregrinos. Fue lindo que el Papa mire para estos lados, a este Virgencita del monte santiagueño y quiera dejarle como ofrenda su gorrito blanco, y de alguna manera fue un signo muy importante", comentó.

También reveló que el pedido de consagración pontificia para la Virgen de Huachana le fue solicitada a Francisco en 2020, con motivo de los 200 años del hallazgo de la imagen, y que el Sumo Pontífice lo concedió, aunque se prefirió esperar para concretarla, ya que en ese entonces, estaban imposibilitadas las concentraciones de gente.

"Nos parecía que no iba a tener el mismo sentido si hacíamos la celebración con el obispo y algún otro servidor, y preferimos que fuese de modo presencial, para que todos sus fieles y peregrinos pudiesen participar", comentó el sacerdote.

Y aseguró que "la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de Huachana, coronada como Reina, es una certificación de parte del Papa, de la Iglesia y de todos los cristianos".



DEVOCIÓN

La nueva corona se la dejó un peregrino

Respecto del origen de la corona que se le colocará a la Virgen de Huachana en su consagración pontificia (que tradicionalmente es de oro), el padre Liébana comentó que fue donada por un peregrino.

“En el santuario hay muchas coronas que fueron donadas por peregrinos, como promesas o gestos que tienen para agradecer intercesiones de la Vi rgen. Buscamos la que mejor le quedara, no sólo por el tamaño, sino también por su forma, de modo tal que no cambiaran la carita que tiene la imagen. Cuando dimos con la que mejor le iba, la mandamos a bañar en oro, y en los próximos días estará llegando al santuario”, comentó el padre “Juani” Liébana.

Recordó que en el santuario existen muchas promesas que dejan los fieles a modo de agradecimiento, y todas están en el nuevo templo que se construye.



“Un gran gesto del Papa de mirar al monte de Santiago”

“Es un gran gesto de Francisco de mirar a estos lados, reconocer la advocación, las demostraciones de fe, las promesas, las peregrinaciones. Creo que la forma de celebrar a la Virgen, con esa riqueza tan nuestra, con los caballos, la música, las coplas, los bailes, los cohetes, todas esas celebraciones tan nuestras, son vistas en Roma como una gran demostración de fe de parte de una multitud de gente simple, sencilla, que rinde su homenaje a la Madre desde sus cosas.

Es una emoción muy grande, porque las imágenes más importantes del mundo reciben la coronación pontificia, porque no se trata de una coronación diocesana. Es algo muy valioso en la Iglesia”, consideró el padre Juan Ignacio Liébana sobre el valor de la distinción.

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