VIRGEN

La Fiesta de la Visitación se celebrará del 15 al 24 de julio en Sumampa

SUMAMPA, Quebrachos. Bajo el lema “Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, ilumina nuestro peregrinar hacia una Iglesia Renovada”, se realizará las Fiesta de la Visitación, al cumplirse 392 años de la llegada de la imagen de la Madre del Consuelo al vallecito de Sumampa Viejo.

Desde la parroquia Sumampa se informó que las fiestas se desarrollarán del 15 al 24 de julio, con el rezo de la novena.

Allí, a las 16 será el turno del santo rosario y 16,30 se oficiará la misa.

Cada día tendrá una intención diferente y la organización estará a cargo de las comunidades y grupos que integran el santuario.

El 23 de julio está prevista, además, la Confirmación de un grupo de jóvenes, con el oficio de la santa misa a las 16.30.

El 24 de julio serán los actos centrales de la Fiesta de la Visitación de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa con el siguiente programa: a las 10, bautismos; 11, santa misa presidida por el obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic; 12, procesión con la sagrada imagen; 13, almuerzo comunitario y posteriormente serenata a la Virgen.


Un poco de historia

Fieles y devotos de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, Patrona del pueblo santiagueño y cuya fiesta central se celebra cada 23 de noviembre, recuerdan que el 25 de junio de 1630 llegó su imagen al vallecito de Sumampa Viejo, a pedido de don Farías de Saa para su devoción en su estancia. La historia indica que un hacendado del pago de Sumampa quiso dedicar a la Virgen Santísima una capilla con este designio, y escribió a otro paisano suyo que le mandase del Brasil un bulto o un simulacro de Nuestra Señora en el misterio de la Inmaculada Concepción, para colocarla en dicha capilla que estaba fabricando.

En virtud de este encargo se le remitieron desde Brasil, no una sino dos imágenes para que escogiese la que mejor le pareciese.

A fines de junio de 1630 se cumple en Sumampa el gran milagro de María Santísima, la cual veneran los presentes una imagen de Nuestra Señora, pero ahí está la maravilla: la imagen “aparecida” es del título de la Madre de Dios con el Niño Jesús dormido entre sus brazos y no la pedida de la Inmaculada Concepción, que quiso quedarse en Luján a finales de noviembre y es colocada en la capilla o ermita entonces terminada por la familia de don Farías de Saa.

Las fiestas patronales de noviembre recuerdan este hecho de la inauguración de la capilla.

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