"La mejor forma de honrar a la profesión es junto al paciente"
El reconocido neumonólogo asegura que avisarle a su madre que se recibió de médico, fue el momento más feliz de su vida.
El doctor Francisco López Bustos siguió la profesión y la especialidad de su padre, estudió medicina. Hoy cumple 50 años en la profesión elegida, y asegura que lo hace "con el mismo entusiasmo del primer día".
Con esa misma convicción cuenta sin dudar que "uno de los momentos más felices" de su vida fue "cuando la llamé por teléfono a mi madre para contarle que me había recibido".
Reconocido por su entrega a la profesión, es uno de los referentes de la neumonología en la provincia, y contó que hoy celebrará este hito en su vida "como festejo todos los días, a las 8 voy a estar en el consultorio, y desde las 15 otra vez, porque la mejor forma de honrar a la profesión es estar trabajando junto a los pacientes".
"Estos 50 años me sorprenden en plena actividad, trabajando intensamente como el primer día. Desde que me inicié en la profesión, no he parado y tampoco tengo previsto retirarme por el momento, todo lo contrario. Sigo con tanto entusiasmo como el primer día", asegura.
Y sobre el valor que tiene su profesión en su vida, afirma: "Tengo muchos momentos felices en la vida, sobre todo cuando nacieron mis hijos, pero creo que uno de los momentos más felices de mi vida fue cuando la llamé por teléfono a mi madre para contarle que me había recibido".
"En este momento, la tecnología nos permite informarnos de modo constante, y eso permite mejorar la calidad de atención, pero por sobre todas las cosas, uno está en permanente actualización porque ama lo que hace, ama la profesión, y por eso digo que lo hago con muchísima intensidad, con mucha pasión y muchísimo amor porque esta es mi vida", no duda en afirmar el doctor Ramiro López Bustos.
Su secreto está en brindar conocimiento científico y humano
Cuando se le consulta sobre las razones que lo mantienen en plena vigencia después de 50 años de actividad, el doctor López Bustos asegura que el secreto está en "ser humano y honesto con los pacientes".
"El secreto es el amor a la profesión, el amor a los pacientes; ser humano y honesto con los pacientes; brindarles siempre una palabra y todo lo que uno tiene, no sólo desde el punto de vista profesional, sino ayudarlos también desde lo humano. Hoy en día, la profesión médica es una profesión humanista y eso no se tiene que perder, ya lo dijo Favaloro (René), 'una medicina sin humanismo, no es medicina'. Y uno tiene que conocer no solo su especialidad o su profesión, sino que tiene que ser humano con el paciente, y eso es fundamental", asegura.
Comenta que cuando le preguntan cuándo se va a jubilar, responde: "Cuando me jubilen los pacientes", por lo que "por el momento" no piensa en un retiro.
"Estoy prácticamente todo el día tanto en mi consultorio como haciendo consultas con algunos otros centros, porque la interconsulta con otros profesionales, especialmente los jóvenes, es importantísimo porque mejora la calidad médica de uno, porque todo eso lo enriquece”, afirma.
Recordó: “Muchos me preguntan por qué estudié medicina, y les digo que quise seguir la profesión de mi papá, que también fue neumonólogo, y no me arrepiento en absoluto, y estoy como si fuese ayer que me recibí”.
Ramiro López Bustos tiene hoy 75 años, y tuvo un paso fugaz por la función pública cuando fue ministro de Salud de la provincia, poco antes del “santiagueñazo” y la posterior intervención federal, y también tuvo actividad política, “pero decidí dedicarme por completo a mi profesión”.