Bº HUAICO HONDO

Vecinos detienen a ladrón que desvalijó la casa de un carnicero y apuñaló a su hijo

Alrededor de veinte vecinos del Bº Huaico Hondo redujeron anoche a golpes a un ladrón, 30 minutos después de que el malviviente acuchillara por la espalda a un adolescente, hijo de un carnicero, que lo sorprendió mientras les desvalijaba su casa. Cerca de las 14, el carnicero y sus dos hijos adolescentes (un varón y una mujer) fueron a sufragar y luego a visitar a unos familiares. La vivienda quedó vacía.

A las 20, regresaron. La jovencita abrió la puerta y descubrió todos los bienes diseminados por el piso. Al instante, advirtieron que habían sido víctimas de un robo. Sin tiempo para nada, de la oscuridad apareció la figura de un hombre, era el ladrón que aún estaba en la casa y con quien padre e hijo se trenzaron en lucha. El desconoc ido habría atacado al joven, lo acuchilló dos veces en la espalda y logró alcanzar la calle, correr y perderse en la oscuridad, señalaron anoche los testigos presenciales.


Tensión y corridas

El padre y un vecino socorrieron al chico herido y lo condujeron al Hospital Regional. Casi en forma simultánea, numerosos vecinos iniciaron un improvisado rastrillaje, seguros de que el ladrón no tendría tiempo para abandonar el barrio. La “cacería” se concentró en el pasaje San José. Los vecinos no dejaron esquina o casa sin requisar, hasta que uno bien perspicaz, intuitivo, sintió un fuerte olor a “porro” y redireccionaron la inspección. Después de mucho indagar, uno de los vecinos sorprendió al presunto maleante oculto abajo del automóvil en una casa, sin que sus dueños sospecharan siquiera del insólito escondite.


El lenguaje de los puños

No fueron justamente palabras de bienvenida con las que se cristalizó el encuentro. Un testigo señaló que el individuo fue golpeado a patadas y trompadas, pese a intentar afanosamente cubrirse el rostro con las manos. Cinco minutos después apareció un patrullero de la Novena. Al toque, los efectivos habrían tomado el control de la situación y salvaron al sujeto de terminar mucho más deteriorado y peor de maltrecho. Una corr i e n t e p o l i c i a l deslizó que existe la probabilidad de que el delincuente conociera al carnicero, pero todo era objeto de investigación. A la vez, cerca de la medianoche, la hermana del adolescente era contenida por los vecinos, cuya solidaridad se tradujo en una casa, una cena, ropa e invitación a descansar, ante la incertidumbre de la pesadilla nocturna.

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