“El Hijo del hombre será un signo para esta generación”

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 29-32.

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.

La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.



En Jesús los hombres hemos sido

hermanados y somos iguales

El Pueblo de Israel se ha balanceado a lo largo de su historia entre la increencia y la vuelta a la religiosidad, entre el olvido de Dios y la necesidad de venerarle. Todo ello pese a las múltiples manifestaciones y pruebas recibidas de la fidelidad de Dios.

Y les pone el ejemplo del profeta Jonás, enviado por Dios a Nínive, un pueblo extranjero, capaz de arrepentirse y poner su esperanza en el Dios de Israel, sólo por los signos manifestados en el profeta Jonás. Jesús se postula como el Jonás definitivo, la manifestación última de Dios para llamar a la fe y la fidelidad dec i s i va . É l e s e l h ij o d e l Hombre, la manifestación de la salvación definitiva de Dios. Una salvación que llega para todos los hombres. Desde Nínive a la reina del Sur, que vino a escuchar a Salomón.

En Jesús se ha cumplido la promesa de Dios, se ha renovado la alianza de la nueva creación, y se ha repartido a todos los hombres de todos los confines del orbe. Con estas palabras se propone a Jesús como el camino para acceder a Dios. La bienaventuranza de ser elegidos de Dios se realiza cumpliendo su voluntad, haciendo del Evangelio la forma de vida, el estilo de actuar, sentir y vivir conforme al mandato de Jesús. Dios nos ha amado enviándonos al Señor para que conozcamos a Dios. Y a Dios lo conocemos cuando nos amamos sin reservas, sin discriminaciones, sin preferencias. Cuando somos capaces de entregarnos totalmente a los demás, por encima de nuestras mezquindades.

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