CICLO DE ENTREVISTAS POR EL 124º ANIVERSARIO DEL DIARIO EL LIBERAL

Claudio Zin: “La nuestra es una sociedad enferma que se empecina en elegir gente que la hace sufrir”

“Estoy convencido que un político o alguien que gestiona la cosa pública lo que tiene que hacer es facilitarle la vida a la gente y no complicársela”.

Por Emilio Marcelo Jozami



El médico Claudio Zin no tiene términos medios. Es directo, claro. Y así es como se expresó en diálogo exclusivo para “A solas con EL LIBERAL”, ciclo de entrevistas a personalidades con motivo del 124° aniversario de EL LIBERAL.

El también político y ex senador por Italia por el partido político Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior, trazó un sombrío panorama cuando brindó un diagnóstico sobre la Argentina actual.

“Es una sociedad enferma que se empecina en elegir gente que la hace sufrir”, definió sin vueltas. Se refirió además a los efectos de la pandemia del Coronavirus (contrajo el Covid-19 y no la pasó muy bien).

Para Zin, los casi dos años de encierro “sumaron incertezas, miedos, fobias y sumaron fastidio a mucha gente”.


-¿Cuál es el diagnóstico que realiza de la Argentina 2022?

Esto es un diagnóstico complicado. Es una sociedad enferma, claramente. Hay muchas que lo son, pero esta es una sociedad enferma que se empecina en elegir gente que la hace sufrir. La verdad es que no entiendo bien cómo funciona, pero claramente hay mucha gente que gestiona la cosa pública en la Argentina, sobre todo a nivel nacional a esto me refiero, que nos hacen sufrir mucho. Estoy convencido que un político o alguien que gestiona la cosa pública lo que tiene que hacer es facilitarle la vida a la gente y no complicársela. La verdad es que en la Argentina ocurre lo contrario. A mí, al señor que seguramente está viendo esto, en algún momento el Estado le puede complicar la vida y esta no es la función; entonces, la función es lo contrario. Por ende, hay mucha gente enojada, hay mucha gente violenta, hay mucha gente enferma porque sus predisposiciones genéticas y psiquiátricas afloran fácilmente por esto y lo cierto es que es una sociedad que necesita rápidamente ponerle objetivos claros y certezas porque lo que reina en la Argentina es la incertidumbre. Nadie tiene la menor idea de lo que va a pasar el año que viene, cómo llegaremos a las elecciones. Esta incertidumbre es lo que realmente enferma, y mucho, a la población. Algunos reaccionan y otros son más pasivos, pero todos se enferman.


-¿Los casi dos años de encierro producto de la pandemia por el Coronavirus ha disparado más esa fobia, esos enojos?

Sí, claro. Esos dos años innecesarios de encierro o de falta de concurrencia a clases en el caso particular de la provincia de Buenos Aires, la verdad que también sumaron incertezas, sumaron miedos, sumaron fobias y sumaron fastidio a mucha gente porque no entendían por qué ocurría eso, porque en otros países se abrían las sociedades y en este no. Bueno, porque no sabíamos nada del virus, pero alguna vez hay que aprender y tomar decisiones un poco más para la gente y no solamente para las vacunas o para comprarlas. No quiero criticar la gestión porque no es el caso, pero mi punto de vista era diferente y yo lo expresé durante todo el tiempo, desde el 4 de febrero del año 2020, que empezó esta pandemia, hasta ayer, expresé mi punto de vista diferente, mi diferencia con la gestión de la cosa pública que hicieron los distintos ministros de Salud que trabajaron en la Argentina. Curiosamente, nadie me contestó y nadie se sentó conmigo a discutir. Yo fui ministro de Salud en la provincia de Buenos Aires. Yo soy una persona calificada.

Fui funcionario, estuve en una situación parecida, no igual pero parecida. Nunca nadie confrontó conmigo, ni el ministro anterior (Gines González García), ni esta ministra (Carla Vizzotti), ni nadie del Ministerio (de Salud de la Nación) porque ésta es la esencia de la democracia, el diálogo del disenso. Usted no puede escuchar voces contrarias y no discutir con esas voces o no intentar conciliar con esas voces para ver quién tiene más argumentos a favor de la gente. Ahora, si usted se encierra e ignora lo que decimos todos, excepto aquellos que me gustan o excepto aquellos a quienes les pago, realmente es una actitud muy enfermiza y enfermante.


-¿Se terminó la pandemia o hay que tener más cuidados todavía?

-En este punto voy a tomar una definición de Ignacio Brusco, médico y actual Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, que dijo: “A mí no me gusta hablar de postpandemia prefiero hablar de peripandemia”. Estamos bordeando una situación diferente, que claramente es mucho menos peligrosa. De esto no hay ninguna duda. Yo adhiero a eso, creo que estamos en algún sitio en donde las cosas son menos complicadas, menos peligrosas, pero no terminaron. Así de sencillo.


-Esta situación, de vivir al límite, fruto de esta pandemia, ¿ha hecho que el ser humano, cualesquiera sean sus creencias, se acercara más a Dios?

-Esa respuesta no la tengo, pero debería haber ocurrido una cosa así porque hubo mucho miedo y cuando hay mucho miedo la sociedad en general, se recuesta mucho más en el muro de las creencias que en el muro de las convicciones. Por ende, es probable que haya ocurrido. Yo estuve enfermo de Covid-19 y no la pasé muy bien. Estuve un par de días internado, lo mismo que un par de compañeros míos. La verdad es que rezamos todos mucho para que Dios nos diera una mano porque no veíamos manos disponibles dando vueltas.



El médico lapidó al presidente Alberto Fernández y

aseveró no tener “ninguna simpatía por Mauricio Macri”

Carlos Menem (expresidente de la Argentina): “Un personaje que quise mucho, lo conocí bien. Muy simpático, muy agradable. Hizo una primera gestión muy buena y una segunda penosa. El hecho de que yo le tenga simpatía no significa que pierda objetividad”.

Néstor Kirchner (expresidente de la Argentina): “Personaje extraño. La verdad que no sé qué decirle. No lo conocí tanto. Lo vi tres o cuatro veces en mi vida. Parecía muy interesante su propuesta, pero terminó con toda esta historia de sospecha de corrupción que tiran por la borda cualquiera buena intención que usted pudo haber tenido”.

Cristina Fernández de Kirchner (expresidenta y actual vicepresidenta de la Argentina: “No voy a hablar de la vicepresidenta. No quiero arriesgarme”. Alberto Fernández (presidente de la Argentina): “Pobre personaje. En Italia llamamos partiquino a la gente que es tercera o segunda línea en una obra de teatro. Este ni siquiera es partiquino. La verdad que es penoso tener un presidente que dice las cosas que dice, que se retracta de estas cosas. La verdad que es muy triste tener un Presidente de este nivel”.

Mauricio Macri (expresidente de la Argentina): “No tengo ninguna simpatía por Mauricio Macri”. María Eugenia Vidal (exgobernadora de la provincia de Buenos Aires): “La conozco poco”.

Giorgia Meloni (Primera Ministra de Italia): “Yo soy originalmente democristiano. Desde esta condición de democristiano le pedimos que tenga sobriedad en cuanto al europeísmo. Italia no puede estar fuera de Europa. Italia no puede estar fuera de la OTAN. Italia no puede obviar aplicar sanciones a Rusia porque Rusia va a hacer sufrir a los italianos. Si Giorgia Meloni pretende que estas cosas se pongan en duda o en discusión, realmente, equivoca el sendero. Que gobierne la derecha es un tema del electorado italiano. Que gobierne una derecha recalcitrante es un problema para la gente de Italia”.

Ricardo Merlo (fundador del Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior): “Es un buen dirigente político, una persona que conoce bien la comunidad italiana desde hace mucho tiempo y creo que tiene futuro en la política argentina”.



Ninguno de sus hijos siguió su camino

Khalil Gibrán Khalil, poeta libanés, decía que el gran dolor del emigrado es el alma descarnada de evocar su tierra y no poder volver. ¿Cómo se aplica en su familia y en su caso particular esta máxima?

-Aunque uno no lo crea, en el fondo, siempre quiere volver a sus raíces, a sus orígenes. Aunque directamente no esté en el inconsciente de manera permanente o aparezca esporádicamente, pero esas raíces están en el fondo del alma. Yo volví muchas veces a Italia por trabajo o congresos. Cuando volví a Italia como parlamentario, como Senador, me volví a encontrar con mi Italia profunda, con lo que yo llevo en el alma y tuve la posibilidad de ir al pueblo en donde nació mi mamá y me recibió el pueblo entero como un Senador de la República Italiana. Volví y para mí fue una emoción inmensa. Llevé a mi hija menor. Para los dos fue una emoción muy importante. Ese recuerdo no lo voy a perder nunca más y logró despertar en mí tantísimos otros recuerdos que tienen que ver con mi infancia, con mi madre, con mis abuelos, con mi tío cura, mi tía monja y mi tío militar que murió en España. Reencontré mi historia y pude vivir en paz.


-¿Cómo está conformada su familia?

-Tengo cuatro hijos de matrimonios diferentes. Tres de uno y otro de otro matrimonio. Dos de mis hijos son directores de cine, ninguno es médico. El mayor vive en España desde hace muchos años y ahora fue nominado al Emmy. Todos sus documentales están en Netflix. El último se llama “Morir para contar” y “Nacido en Siria”, que tiene que ver con la migración obligada de los sirios fuera de Siria. Es un documental espeluznante. Tiene otro que se llama “Nacido en Gaza”. Se llama Hernán Zin. Ganó premios Goya, Platino. Ahora que hablamos usted y yo sobre este tema de la migración, fíjese como Hernán se dedicó a seguir migrantes. Fue a Siria y se acopló a una familia que estaba migrando y los acompañó hasta Bélgica. Nunca hablamos con Hernán de la temática de la migración. Como ustedes ven, en el fondo, en las raíces siempre hay un recuerdo vinculado con la historia anterior que va marcando, de alguna manera, un pequeño rumbo. Tengo otra hija que también vive en Madrid, que trabaja para una empresa de una industria farmacéutica, es abogada, hace Derecho Corporativo. Tengo otro hijo que es uno de los directores de Edenor. Es economista y fue político. Hizo política en la provincia de Buenos Aires. Y tengo una hija menor que también es directora de cine.


-Ninguno de sus hijos siguió su profesión? ¿Quiso que siguieran su camino o, simplemente, los dejó desplegar sus alas?

-Los dejé volar y volaron hasta donde quisieron o hasta donde pueden volar de acuerdo con sus capacidades. Jamás me consultaron, lo cual también es bueno. En la primera de las casas que viví con mi primera mujer y tuve mis tres hijos, nunca hubo mandatos sino que fue a libre elección. Cada uno hizo lo que quiso. Hernán, no es porque los demás sean diferentes sino porque los demás tienen muchísimas cualidades y condiciones, terminó su carrera, en Buenos Aires, en Relaciones Internacionales. Se tomó un año sabático y terminó viviendo con la Madre Teresa de Calcuta en Calcuta. Estuvo dos años hasta que falleció la Madre Teresa y abrió un hogar para los niños de la calle. Tiene una historia con la migración muy arraigada porque su abuelo, Juri de apellido, era hijo de inmigrantes libaneses.

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