Síntomas oculares en niños: astenopía, visión borrosa y cefalea
Por EL DR. RICARDO PASSONE Sociedad de Oftalmología Santiago del Estero
La salud ocular en la población infantil es de suma importancia, ya que los problemas visuales pueden afectar su desarrollo y calidad de vida.
En este artículo, desde la Sociedad de Oftalmología de Santiago del Estero vamos a explicar los tres síntomas oculares más comunes en niños: astenopía, visión borrosa y cefalea. Comprender estos síntomas resulta fundamental para su detección temprana y el cuidado adecuado de la visión en los más pequeños.
Astenopía
La astenopía, también conocida como fatiga visual, es un síntoma ocular caracterizado por la sensación de cansancio y malestar en los ojos después de realizar actividades visuales cercanas durante un período prolongado.
La astenopía puede ser causada por el uso excesivo de dispositivos electrónicos, una mala iluminación o una posición inadecuada durante la lectura o el estudio.
Es importante que los padres limiten el tiempo de pantalla de sus hijos y fomenten pausas regulares durante las actividades visuales cercanas.
Además, se recomienda una iluminación adecuada y una postura correcta al realizar tareas visuales cercanas.
El mejor tratamiento para la astenopía es la prevención y ser conscientes de la importancia de usar de forma responsable nuestro sistema visual. Someter nuestros ojos durante muchas horas seguidas a leer un libro o trabajar delante de una pantalla no hace más que forzar nuestra visión y desencadenar episodios de fatiga visual.
Los ojos, igual que el resto del cuerpo, han de protegerse para evitar que el esfuerzo visual desencadene enfermedades o adelante la aparición de defectos de la visión como la presbicia.
Por lo tanto, el mejor tratamiento para la astenopía es prevenirla. Cuando la prevención no se ha llevado a cabo, los cuidados preventivos también son la clave para aliviar los síntomas.
Prevención
Para prevenir la fatiga visual o astenopía es importante cuidar el sistema visual poniendo en práctica las siguientes acciones:
- Verificar que el lugar donde trabajas tiene buena fuente de iluminación.
- Descansar la vista cada hora durante 5 minutos. Lo ideal es detener la actividad que estés realizando, levantarte de tu puesto de trabajo y caminar o hacer otra actividad. Es importante no hacer uso del móvil durante el descanso visual.
- Lubricar los ojos con lágrimas artificiales para prevenir la sequedad ocular.
- Parpadear con frecuencia ayuda a lubricar el ojo. Lo ideal es hacer 10 parpadeos continuos.
- Coloca un filtro protector en la pantalla de tu ordenador.
- Comprueba tu postura corporal y asegúrate de estar al menos a 50 cm de distancia de la pantalla del ordenador.
- Acude a las revisiones oftalmológicas anuales para descartar que sufres algún defecto refractivo que pueda interferir en la visión.
Visión borrosa
La visión borrosa en niños puede tener diversas causas, desde errores refractivos como miopía, hipermetropía o astigmatismo, hasta condiciones más serias como patologías de córnea, cristalino y nervio óptico.
La visión borrosa puede dificultar el aprendizaje, afectar el rendimiento académico y disminuir la calidad de vida del niño.
Es esencial que los padres estén atentos a señales de visión borrosa en sus hijos, como entrecerrar los ojos, acercarse demasiado a los objetos o tener dificultades para leer o escribir.
Otro indicador que puede ayudar a los padres para detectar la visión borrosa, es la dificultad de los niños en el colegio para copiar lo que está escrito en el pizarrón.
Si se sospecha de visión borrosa, se debe buscar una evaluación oftalmológica pediátrica para un diagnóstico preciso.
El tratamiento, en su mayoría, puede variar desde el uso de anteojos, a veces lentes de contacto y hasta cirugía para corregir casos más graves, siempre desde el consejo de un oftalmólogo.
Síntomas del dolor de cabeza
La cefalea, o dolor de cabeza, puede estar asociada a problemas visuales en la infancia. Si un niño experimenta dolores de cabeza recurrentes, especialmente durante o después de realizar actividades visuales cercanas, como leer o usar dispositivos electrónicos, es importante considerar la posibilidad de una relación entre los síntomas oculares y las cefaleas.
La corrección de problemas visuales subyacentes, como errores refractivos, puede aliviar los síntomas de la cefalea. Es importante que los padres estén atentos a los dolores de cabeza frecuentes en sus hijos y busquen la opinión de un especialista en oftalmología pediátrica para descartar problemas oculares.
También, si los dolores de cabeza persisten, es esencial hacer un diagnóstico interdisciplinario, ya que la cefalea puede ser causa de otras alteraciones sistémicas, las cuales deben ser diagnosticadas en interconsulta principalmente con el pediatra.
Síntomas
Los síntomas oculares en la población infantil, como la astenopía, visión borrosa y cefalea, requieren una atención adecuada para asegurar un desarrollo visual saludable. La detección temprana y el seguimiento con un profesional son fundamentales para prevenir complicaciones a largo plazo y garantizar el bienestar ocular de los niños.
Cuál es la edad en que se debe llevar a los chicos al oftalmólogo
La función visual es una de las actividades cerebrales más complejas. Más del 50% del cerebro participa en ella, y gran parte de las funciones cerebrales de aprendizaje, e incluso de la memoria en el niño, dependen a su vez de una actividad visual sana.
Al nacer, el ojo humano cuenta con todas las estructuras necesarias para alcanzar la visión, sin embargo, no es sino hasta los primeros años de vida cuando este alcanza su desarrollo.
En el pasado era habitual que no se realizara una primera revisión oftalmológica en el niño hasta llegar a la etapa escolar, generalmente al determinar una dificultad para enfocar la pizarra. Esta práctica sin embargo ha demostrado ser errónea, ya que en muchos casos lo más recomendable es diagnosticar el problema antes del inicio de esta etapa.
Hoy día se recomienda realizar una primera revisión oftalmológica alrededor de los 3 a 4 años, consulta en la cual el especialista podrá determinar si el paciente infantil cuenta con un desarrollo visual adecuado, indicando un tratamiento oportuno en el caso de detectar existencia de alguna patología.