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Prisión perpetua para la científica del Conicet que mató a su amigo en medio de un juego sexual

Luciana Bustos Sánchez fue declarada culpable por homicidio agravado por el vínculo.

Luciana Bustos Sánchez, de 34 años, fue sentenciada por el crimen de Marcelo José Amarfil, de 48.

Luciana Bustos Sánchez fue condenada a prisión perpetua por haber matado a su amigo Marcelo José Amarfil, de 48 años, durante un juego sexual en San Juan. El hecho tuvo lugar en enero de 2024, pero la sentencia se conoció este lunes. 

El debate oral se había postergado a mediados de abril, ya que uno de los jueces tuvo un ataque cardíaco. Tras haber sido dado de alta a fines del mes pasado, esta semana se reanudó el juicio oral y hoy los magistrados Guillermo Adárvez, Gerardo Fernández Caussi y Matías Parrón sentenciaron a Bustos Sánchez.

La mujer era la única acusada del asesinato ocurrido durante la noche del 16 de enero y la madrugada del 17 de enero de 2024 en San Juan.

El lunes 8 de abril comenzó el juicio contra la investigadora del Conicet, quien ese día se negó a declarar. La Justicia la acusó de "homicidio doloso doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía".

El primer policía que llegó al lugar del crimen se encontró con una escena tan violenta como sangrienta. Con el cuerpo del hombre de 48 años sobre el asfalto, Bustos Sánchez le dijo al agente: "Mi amigo se mató, se mató con un cuchillo. Le dio un brote psicótico".

Graciela, hermana de la víctima, reveló que aquella noche la científica pasó a buscar a Amarfil. "Lo convencí a tu hermano, vamos a salir", le avisó Luciana a Graciela.

Arreglaron para ir a cenar a un bar, algo que solían hacer con frecuencia, y se fueron en un Ford Focus. Cuando regresaban, estacionaron en una calle poco transitada, cerca del aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento. Allí habrían tenido relaciones sexuales.

La Justicia cree que la científica le ató las manos al volante y le puso un antifaz. Aprovechando ese estado de vulnerabilidad, lo degolló y lo acuchilló seis veces, mientras él intentó defenderse.

Graciela explicó que su hermano estaba atravesando un duro momento personal tras la muerte de su mamá, que ocurrió dos meses antes del brutal crimen.

"Parece que ellos tenían esa relación de sadomasoquismo, porque le puso las esposas con una cadenita y un antifaz. Al parecer habían tenido sexo porque estaba desnudo y se encontró hasta semen. Mi hermano era zurdo y las heridas estaban del lado derecho", afirmó la mujer.

Asimismo, contó que "ellos tenían una relación muy cercana" y "compartían varios momentos en familia". "Ella siempre estaba acá, venía todos los días. Tomaban mates y hablaban todo el tiempo. Participaba de todos los acontecimientos de la familia, hasta cumpleaños. Nunca imaginamos que podía llegar a hacer esto. Todos acá la conocían. 'La Luchi' -como le decían- te solucionaba todo siempre. Era la más predispuesta para todo", señaló Graciela.

Y amplió: "Con los años ella se volvió parte de la familia. Mi hermano le decía 'vida', le tenía un cariño muy especial. Nunca nos dijeron que eran novios o pareja, pero era un trato más que de amigos".

De acuerdo a lo que contó, en 2019 Marcelo y Luciana empezaron una especie de negocio inmobiliario. "Miraban terrenos para comprar, edificar y venderlos", precisó.

Sin embargo, no sabía con exactitud cómo era su modelo de negocio, ya que "eran muy cerrados", aunque sí le contaron que tenían pensado abrir dos gimnasios. "Creemos que el desencadenante fue la plata, no encuentro otro motivo", concluyó. 

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