El realismo sucio en "Diego de noche", de Magdalena Díaz Daviou
El libro fue presentado por Cristina Nelly Agüero y Sandra López Paz.
Magdalena Díaz Daviou es médica especialista en psiquiatría, y acaba de presentar su libro "Diego de noche". Esta obra está compuesta por ocho relatos, cada uno con su propio espíritu y su propio narrador: Pariente, Inés, La Muda, Pedro, Daniel, El Doctor, Fernando, La Directora, piezas caóticas que van armando un todo. Allí el hilo conductor es el escenario donde ocurren los hechos, que puede ser el hospital Mixto, Colonia Campo Contreras o el Hospital Diego Alcorta.
Magdalena Díaz Daviou apela a sus recuerdos y los convierte en relatos plenos de vivencias que tienen que ver con la medicina psiquiátrica y una intensa observación del comportamiento de sus pacientes. Son narraciones con imágenes fuertes, intensas, que por lo grotesco e inhumano conmueven profundamente.
La autora deja evidencias muy marcadas y significativas de la historia de la institución de salud mental, escenario de esta obra. El puntapié inicial lo da el personaje Pariente, quien llega a un lugar muy peculiar sin saber por qué. Va contando en primera persona situaciones de un mundo dantesco. Pariente se visualiza ante el lector como un hombre mayor que se desempeñó como maestro, y que por denunciar casos de corrupción se encontraba en la calle, y de ahí lo condujeron a este lugar, al que parecía no pertenecer porque razona coherentemente. Salvo cuando insiste en cambiar por dinero sus papelitos recortados.
Magdalena Díaz Daviou dice que su libro recopila "anécdotas de algunas de las cositas que pasaron en el hospital Diego Alcorta. En general no era lindo, así que no están los nombres propios; he ido cambiando, tratando de ubicarlos a través de la narrativa y sobre todo de la prudencia de no mencionar nombres. El libro para mí es la idea, más que nada, de juntar a muchos de los que en aquel momento trabajamos allí, gente con la que tuvimos afectos y que nos sostuvimos mutuamente para poder hacer un trabajo que era muy feo en ese momento", explica la autora.
Cristina Nelly Agüero analizó que se trata de una "narrativa simple, sin complejidades intelectuales, muy fluida. Con mucho dinamismo por los diálogos y de fácil lectura. Y digo "simple" sin la intención de desvalorizar su trabajo, sin pensando en lo difícil que es ser simple.
"Los seres humanos somos, sin duda, una urdimbre de historias que se entrecruzan con la de otros, experiencias, emociones que dejan su impronta en nuestra mente y nuestros corazones. Y allí permanecen hasta que pueden ser rescatadas por la palabra. Los relatos de "Diego de noche" pueden ser ubicados dentro de la narrativa realista, por la credibilidad, por la verosimilitud de los hechos que plantea dentro de ese contacto. Pero al mismo tiempo advierto características casi surrealistas, por las fuertes descripciones que nos abren las puertas del mismo infierno.
"Según mi criterio continúa Cristina Nelly Agüero- la autora incursiona en el realismo sucio. Recrea personas, lugares y situaciones, algunas verdaderas y otras ficticias. El realismo sucio no tiene que ver con la alabanza de la basura ni del lenguaje soez, vulgar, ni de los personajes malolientes, sino con una forma de narrar historias cotidianas, de gente común en contextos específicos, pero como lectores no podemos escapar a la reacción de asco, de desagrado, de repugnancia ante algunos pasajes. Y si eso nos provoca como lectores, quiere decir que el autor está haciendo un gran trabajo".
Sin duda, un libro necesario para entender todo lo que nos está haciendo falta como sociedad, para tratar con seres humanos como nosotros, que han cruzado el misterioso umbral en los que no se los considera como tales. Una obra que sin duda nos hace reaccionar y no subestimar lo que ya se conoce, de que "de poeta y de locos, todos tenemos un poco".