Infarto

¡Buen día! ¿Le gusta el título? Seguro que no, porque a nadie le gusta el infarto; a menos que tenga ganas de morir.

Lo curioso es que al infarto lo padecen sobre todo los que tienen muchas ganas de vivir.

Los dinámicos. Los que no tienen tiempo de descansar porque los trabajos son importantes, o porque el ritmo de la vida los obliga a una actividad exagerada.

Bueno, a esta altura yo me estoy preguntando por qué escribo “de ellos”, cuando en realidad esto, al menos en parte, se aplica a mi situación personal. Por eso me ha venido bien repasar estos “Consejos para conseguir el infarto” que se encuentran en “Vivir para vivir siempre”, del español Jaime Borrás. Se los acerco para la gente “muy ocupada”:

“1. Tu trabajo, antes que nada. Las consideraciones personales son secundarias.

2. Ve también a tu oficina los sábados por la tarde.

3. Si no puedes ir a la oficina por las noches, llévate a tu casa los asuntos pendientes.

4. Nunca digas que no a lo que te pidan; a todo di siempre que sí.

5. Procura formar parte de todas las comisiones, consejos, comités, etc., y acepta todas las invitaciones a reuniones, conferencias y demás.

6. Nunca te permitas un desayuno o comida reposados. Aprovecha las horas de comer para conferencias importantes, y que el tabaco y los licores no te falten.

7. Pescar, cazar, jugar al golf, no son otra cosa que perder tiempo y dinero.

8. Es pésima política el tomar las vacaciones que te correspondan. No olvides que eres un hombre de acero bien templado.

9. Nunca delegues tu responsabilidad en otros.

10. Si debido a tu trabajo necesitas viajar, trabaja durante el día y la noche, aprovechando ésta para viajar y tener así lista tu entrevista de la mañana”.

Habrá que recordar el sabio adagio: “Trabajar para vivir, no vivir para trabajar”. O, al menos, para no infartarse...

¡Hasta mañana!