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EL LIBERAL . Padre Koffi Gilbert

Domingo, el Día del Señor

21/01/2017 21:34 Padre Koffi Gilbert
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Domingo, el Día del Señor Domingo, el Día del Señor

A lgo que los cristianos

no debemos

olvidar es

que el domingo

es el Día del Señor. No

es un día de precepto, ni de

obligación, pero es el Día

del Señor por la Resurrección

de Jesucristo.

En el Catecismo de la

Iglesia Católica se dice que

Jesús ha resucitado un domingo

y a través de esa Resurrección

consideramos

que es el primer día de la

semana. Por eso, es muy

importante que no olvidemos

que es el Día del Señor.

A través de la Resurrección

de Cristo en la

nueva creación.

Para los cristianos, vino

a ser el primero de todos

los días. La primera de

todas las fiestas, el Día del

Señor.

Celebramos esta reunión

general el día del

sol, primero porque en este

día, que es el primero

de la creación, cuando

Dios empezó a obrar sobre

las tinieblas y la materia; y

también porque es el día

en que Jesucristo, nuestro

Salvador, resucitó de entre

los muertos.

Puede empezar el sábado,

porque desde las 18 de

este día no hay sol y empieza

el domingo. El Catecismo

dice que el domingo

es la plenitud del sábado.

El domingo se distingue

expresamente del sábado,

al que sucede cronológicamente

cada semana,

y cuya prescripción litúrgica

reemplaza para los cristianos.

“La celebración dominical

del día y de la Eucaristía

del Señor tiene un

papel principalísimo en la

vida de la Iglesia. “El domingo,

en el que se celebra

el misterio pascual, por

tradición apostólica, ha de

observarse en toda la Iglesia

como fiesta primordial

de precepto”.

Es decir que no hay una

obligación, sino que es una

exhortación.

El mandamiento de la

Iglesia que determina y

precisa la ley del Señor, el

domingo y las demás fiestas

de preceptos los fieles

tienen la obligación de

participar de la misa. La

obligación habla de una

necesidad, si pueden hacerlo

deben hacerlo. No

sólo es decir “me gusta” o

“no me gusta”. Y se cumple

el precepto de participar,

no de asistir a la misa.

La Eucaristía fundamenta

y confirma toda la

práctica cristiana. Si no se

va el domingo a la misa, se

puede ir el sábado a la noche.

Por eso, los fieles están

obligados a participar de la

Eucaristía los días de precepto,

pero están excusados

por algún razón seria,

como enfermedad, el cuidado

de pequeños, etc. Los

que faltan a esta obligación

cometen un pecado grave,

como lo dice el Catecismo

de la Iglesia Católica.

La participación en la

celebración común de la

Eucaristía dominical es el

testimonio de pertenencia

y fidelidad a Cristo y a su

Iglesia. Muchas personas

se preguntan por qué voy

a ir a misa… Si pertenece a

la Iglesia debe ir, para vivir

esa pertenencia y fidelidad

a Cristo, no al sacerdote.

El domingo, Día del Señor,

también es un día de

gracia, de descanso.

“Así como Dios ‘cesó el

día séptimo de toda la tarea

que había hecho’, así

también la vida humana

sigue un ritmo de trabajo

y descanso. La institución

del día del Señor contribuye

a que todos disfruten

del tiempo de descanso

y de solaz suficiente que les

permita cultivar su vida familiar,

cultural, social y religiosa.

“Los cristianos que disponen

de tiempo de descanso

deben acordarse de

sus hermanos que tienen

las mismas necesidades y

los mismos derechos y no

pueden descansar a causa

de la pobreza y la miseria.

El domingo está tradicionalmente

consagrado por

la piedad cristiana a obras

buenas y a servicios humildes

para con los enfermos,

débiles y ancianos. Los

cristianos deben santificar

también el domingo dedicando

a su familia el tiempo

y los cuidados difíciles

de prestar los otros días

de la semana. El domingo

es un tiempo de reflexión,

de silencio, de cultura y de

meditación, que favorecen

el crecimiento de la vida

interior y cristiana”.

Entonces, santificar

los domingos y los días

de fiesta exige un esfuerzo

común. Cada cristiano

debe evitar imponer sin

necesidad a otro lo que le

impediría guardar el día

del Señor. Hay que rescatar

un tiempo para consagrarse

a esta vida. Otras

religiones tienen ese tiempo

para consagrar, pero

para muchos católicos es

un día sólo para descansar,

hacer turismo. Cuantificar

el domingo es muy

importante.

“En el respeto de la libertad

religiosa y del bien

común de todos, los cristianos

deben esforzarse

por obtener el reconocimiento

de los domingos

y días de fiesta de la Iglesia

como días festivos legales.

Deben dar a todos

un ejemplo público de oración,

de respeto y de alegría,

y defender sus tradiciones

como una contribución

preciosa a la vida espiritual

de la sociedad humana”.

Gracias a Dios, en nuestro

país hay libertad y la

mayoría no trabaja los domingos,

solamente lo hacen

los que están en urgencias.

O

remos para que todo

cristiano no ponga obstáculos,

ni excusas, y llegue a vivir

esa fidelidad para estar

en comunión con sus hermanos.

Que Cristo nos ayude

para que respetemos ese

día que ha resucitado para

salvar el mundo. Nuestra

madre, ella que ha creído

y estado con los discípulos

orando con el Espíritu Santo,

nos ayude con su intersección

para que podamos

reunirnos como cristianos,

como miembros de esta

Iglesia para adorar y alabar

a nuestro Dios.

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