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EL LIBERAL . Padre Koffi Gilbert

Domingo, el Día del Señor

01/04/2017 22:46 Padre Koffi Gilbert
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Domingo, el Día del Señor Domingo, el Día del Señor

A lgo que los cristianos no

debemos olvidar es que

el domingo es el Día del

Señor. No es un día de

precepto, ni de obligación, pero es

el Día del Señor por la Resurrección

de Jesucristo.

En el Catecismo de la Iglesia Católico

dice que Jesús ha resucitado

un domingo y a través de esa Resurrección

consideramos que es el

primer día de la semana. Por eso, es

muy importante que no olvidemos

que es el Día del Señor. A través de

la Resurrección de Cristo en la nueva

creación.

Para los cristianos, vino a ser el

primero de todos los días. La primera

de todas las fiestas, el Día del Señor.

Celebramos esta reunión general

el día del sol, primero porque

en este día, que es el primero

de la creación, cuando Dios empezó

a obrar sobre las tinieblas y la materia;

y también porque es el día en

que Jesucristo, nuestro Salvador,

resucitó de entre los muertos.

Puede empezar el sábado, porque

desde las 18 de este día no hay

sol y empieza el domingo. El Catecismo

dice que el domingo es la plenitud

del sábado. El domingo se distingue

expresamente del sábado, al

que sucede cronológicamente cada

semana, y cuya prescripción litúrgica

reemplaza para los cristianos.

“La celebración dominical del día

y de la Eucaristía del Señor tiene un

papel principalísimo en la vida de

la Iglesia. “El domingo, en el que se

celebra el misterio pascual, por tradición

apostólica, ha de observarse

en toda la Iglesia como fiesta primordial

de precepto”.

Es decir que no hay una obligación,

sino que es una exhortación.

El mandamiento de la Iglesia que

determina y precisa la ley del Señor,

el domingo y las demás fiestas de

preceptos los fieles tienen la obligación

de participar de la misa. La

obligación habla de una necesidad,

si pueden hacerlo deben hacerlo.

No sólo es decir “me gusta” o “no

me gusta”. Y se cumple el precepto

de participar, no de asistir a la misa.

La Eucaristía fundamenta y confirma

toda la práctica cristiana. Si

no se va el domingo a la misa, se

puede ir el sábado a la noche. Por

eso, los fieles están obligados a

participar de la Eucaristía los días

de precepto, pero están excusados

por algún razón seria, como enfermedad,

el cuidado de pequeños,

etc. Los que faltan a esta obligación

cometen un pecado grave, como lo

dice el Catecismo de la Iglesia Católica.

La participación en la celebración

común de la Eucaristía dominical

es el testimonio de pertenencia

y fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

Muchas personas se preguntan por

qué voy a ir a misa… Si pertenece a

la Iglesia debe ir, para vivir esa pertenencia

y fidelidad a Cristo, no al

sacerdote.

El domingo, Día del Señor, también

es un día de gracia, de descanso.

“Así como Dios ‘cesó el día séptimo

de toda la tarea que había hecho’,

así también la vida humana sigue

un ritmo de trabajo y descanso.

La institución del día del Señor

contribuye a que todos disfruten del

tiempo de descanso y de solaz suficiente

que les permita cultivar su

vida familiar, cultural, social y religiosa.

“Los cristianos que disponen de

tiempo de descanso deben acordarse

de sus hermanos que tienen las

mismas necesidades y los mismos

derechos y no pueden descansar a

causa de la pobreza y la miseria. El

domingo está tradicionalmente consagrado

por la piedad cristiana a

obras buenas y a servicios humildes

para con los enfermos, débiles y ancianos.

Los cristianos deben santificar

también el domingo dedicando

a su familia el tiempo y los cuidados

difíciles de prestar los otros

días de la semana. El domingo es un

tiempo de reflexión, de silencio, de

cultura y de meditación, que favorecen

el crecimiento de la vida interior

y cristiana”.

Entonces, santificar los domingos

y los días de fiesta exige un esfuerzo

común. Cada cristiano debe

evitar imponer sin necesidad a otro

lo que le impediría guardar el día del

Señor. Hay que rescatar un tiempo

para consagrarse a esta vida. Otras

religiones tienen ese tiempo para

consagrar, pero para muchos católicos

es un día sólo para descansar,

hacer turismo. Cuantificar el domingo

es muy importante.

“En el respeto de la libertad religiosa

y del bien común de todos, los

cristianos deben esforzarse por obtener

el reconocimiento de los domingos

y días de fiesta de la Iglesia

como días festivos legales. Deben

dar a todos un ejemplo público de

oración, de respeto y de alegría, y

defender sus tradiciones como una

contribución preciosa a la vida espiritual

de la sociedad humana”.

Gracias a Dios, en nuestro país

hay libertad y la mayoría no trabaja

los domingos, solamente lo hacen

los que están en urgencias.

Oremos para que todo cristiano

no ponga obstáculos, ni excusas, y

llegue a vivir esa fidelidad para estar

en comunión con sus hermanos.

Que Cristo nos ayude para que

respetemos ese día que ha resucitado

para salvar el mundo. Nuestra

madre, ella que ha creído y estado

con los discípulos orando con

el Espíritu Santo, nos ayude con

su intercesión para que podamos

reunirnos como cristianos, como

miembros de esta Iglesia para adorar

y alabar a nuestro Dios. l

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