Eduardo “Cirujano” Morales: “Sentía que no daba más y que debía renunciar a la pelea” Eduardo “Cirujano” Morales: “Sentía que no daba más y que debía renunciar a la pelea”
Siempre para los boxeadores subir a la balanza para el pesaje después de un entrenamiento o bien para asumir una pelea, es todo un parto. Lisa y llanamente es así. Ella se transforma en la enemiga N° 1 y la que da el veredicto para subir al ring. Todo el mundo la mira de reojo porque sabe que de ella depende si está apto para combatir o no. Nadie escapa de ella. Ni el propio Eduardo “Cirujano” Morales pudo cuando fue primero amateur y después profesional.
Y él mismo lo contó como anécdota. “Era por el título Sudamericano con Pablo Sarmiento, en Las Termas. Jamás me olvido de esta anécdota porque sufrí como ninguno”.
Ya el comienzo del relato de Eduardo lo estaba diciendo todo. “A la hora del pesaje oficial para la pelea con Sarmiento, estaba con un poco de sobrepeso. Tenía como cuatrocientos o quinientos gramos de más”, comentó.
La organización le pidió en este caso un esfuerzo al boxeador para tratar de llegar al límite de la categoría y quedar habilitado para el enfrentamiento.
“Empecé a saltar la soga a todo lo que da y cuando volví a subir a la balanza, me faltaban 300 gramos para la categoría. Ya no quería hacer nada más. Estaba que me moría”.
Terminada esa sesión del salto a la soga, y con un estado anímico que no era de los mejores, Eduardo tuvo que recurrir a un sauna para tratar de cumplir con el objetivo.
“El sauna estaba a casi 100 de temperatura. Cada salida que hacía, me caía en el piso de lo débil que estaba. Ya decía que no quería pelear”, reveló Eduardo que en ese momento estaba acompañado por los entrenadores José Córdoba, Walter Díaz, el Dr. Llugdar y su papá.
“Todo ellos me alentaban para seguir. No se cómo hice y volví a entrar en el sauna. Walter Díaz fue conmigo, pero estuvo dos segundos y salió. Era todo un calvario, pero logré bajar esos trescientos gramos con mucho sufrimiento”.
El desenlace
La dramática escena en Las Termas concluyó con Morales yendo a la balanza y con la ayuda de sus dos entrenadores.
“Mi viejo lloraba cuando me vio. Me subieron a un taxi y nos fuimos al casino de Las Termas para repetir el pesaje”, amplió.
Eduardo recordó que en ese momento tuvo que hacer un esfuerzo muy grande para tratar de llegar al lugar caminando y como si nada hubiera pasado.
“José Córdoba me decía de qué manera tenía que caminar porque no podía mantener el equilibro. Se me temblaban las piernas. Llegó el momento del pesaje y di lo que tenía que dar. Cuando llegué al hotel, me desplomé en la cama y me desmayé. Después me contaron que hasta los médicos fueron a verme y me pusieron suero para tratar de recuperarme y salir del mal momento”.
La pelea por el título Sudamericano igualmente se hizo, pero Eduardo no pudo con las tarjetas de los jurados.
“Hicimos un peleón con Sarmiento a doce rounds. Más allá de todo, lo que más rescato fue el apoyo del equipo que hizo hasta lo imposible para ayudarme. Nunca me voy a olvidar de eso”.








