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EL LIBERAL . El Evangelio

“Quédate porque atardece”

19/04/2022 21:49 El Evangelio
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“Quédate porque atardece” “Quédate porque atardece”

Aquel mismo día, el

primero de la semana,

dos de los discípulos

de Jesús iban caminando

a una aldea llamada

Emaús, distante de Jerusalén

unos setenta

estadios; iban conversando

entre ellos de todo

lo que había sucedido.

Mientras conversaban

y discutían, Jesús

en persona se acercó y

se puso a caminar con

ellos. Pero sus ojos no

eran capaces de reconocerlo.

él les dijo: «¿Qué

conversación es esa

que traéis mientras

vais de camino?”.

Ellos se detuvieron

con aire entristecido. Y

uno de ellos, que se llamaba

Cleofás, le respondió:

«¿Eres tú el

único forastero en Jerusalén

que no sabe lo

que ha pasado estos

días?”.

él les dijo: «¿Qué”.

Ellos le contestaron:

«Lo de Jesús el Nazareno,

que fue un profeta

poderoso en obras

y palabras, ante Dios

y ante todo el pueblo;

cómo lo ent regaron

los sumos sacerdotes y

nuestros jefes para que

lo condenaran a muerte,

y lo crucificaron.

Nosotros esperábamos

que él iba a liberar

a Israel, pero, con todo

esto, ya estamos en

el tercer día desde que

esto sucedió. Es verdad

que algunas mujeres de

nuestro grupo nos han

sobresaltado, pues habiendo

ido muy de mañana

la sepulcro, y no

habiendo encontrado

su cuerpo, vinieron diciendo

que incluso habían

visto una aparición

de ángeles, que dicen

que está vivo. Algunos

de los nuestros

fueron también al sepulcro

y lo encontraron

como habían dicho

las mujeres; pero a él

no lo vieron”.

Entonces él les dijo:

«íQué necios y torpes

sois para creer lo

que dijeron los profetas!

¿No era necesario

que el Mesías padeciera

esto y entrara así en

su gloria?”.

Y, comenzado por

Moisés y siguiendo por

todos los profetas, les

explicó lo que se refería

a él en todas las Escrituras.

Llegaron cerca

de la aldea adonde

iban y él simuló que iba

a seguir caminando;

pero ellos lo apremiaron,

diciendo: «Quédate

con nosotros, porque

atardece y el día va

de caída”.

Y entró para quedarse

con ellos. Sentado

a la mesa con ellos,

tomó el pan, pronunció

la bendición, lo partió

y se lo iba dando. A

ellos se les abrieron los

ojos y lo reconocieron.

Pero él desapareció de

su vista.

Y se dijeron el uno

a l otro: «¿No ardía

nuestro corazón mientras

nos hablaba por el

camino y nos explicaba

las Escrituras?”.

Y, levantándose en

aquel momento, se volvieron

a Jerusalén,

donde encontraron reunidos

a los Once con

sus compañeros, que

estaban diciendo: «Era

verdad, ha resucitado

el Señor y se ha aparecido

a Simón”.

Y ellos contaron lo

que les había pasado

por el camino y cómo

lo habían reconocido al

partir el pan.

“A ellos se les abrieron los ojos y lo

reconocieron. Pero él desapareció”

El evangelio de hoy nos relata el pasaje del encuentro de Jesús con los

dos discípulos de Emaús.

Jesús, sin darse a conocer,

se puso a caminar con

ellos. Y hablaron, cómo

no, de los últimos acontecimientos

vividos, es decir,

de la pasión y muerte

de Jesús.

Estos dos discípulos

se quedaban ahí,

en la muerte, no eran capaces

de llegar a la resurrección,

a pesar del anuncio

de algunas mujeres de

su grupo de que Jesús estaba

vivo y su sepulcro vacío.

Jesús, reconociendo la

torpeza de estos dos seguidores

suyos, con paciencia,

trata de recordarles

todo lo que los profetas

habían anunciado de

él . Le piden que se quede

con ellos “porque atardece

y el día va de caída”.

Jesús acepta esta invitación

para cenar con ellos.

Estando a la mesa repitió

el gesto de la última cena,

“tomó el pan, pronunció la

bendición, lo partió y se lo

dio”. Fue entonces cuando

“a ellos se les abrieron los

ojos y lo reconocieron. Pero

él desapareció”.

Pidamos

a Jesús que tenga paciencia

con nuestra torpeza

y que nos explique cuántas

veces sean necesarias

quién es, para que le reconozcamos

como el Hijo de

Dios, crucificado, muerto

y resucitado, el que permanece

siempre con nosotros,

el que hace latir y arder

nuestro corazón al ritmo

de sus palabras y de su

amor.

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