"Me ayudó integrar el seleccionado de la cárcel" "Me ayudó integrar el seleccionado de la cárcel"
-¿Cómo empezó esta odisea?
-Viajé a Alemania para jugar un partido invitación entre ex jugadores del Bayer Leverkusen contra ex jugadores del Resto del Mundo. Llegué con mi mujer al aeropuerto, y en la aduana comenzó el inconveniente, la computadora decía que tenía pedido de captura. Automáticamente me pidieron que los acompañe a la comisaría del lugar y ahí me mostraron la orden de detención, acusándome de no haber pagado la tasa de transferencia. Me sorprendió mucho, porque todos los años viajo a Alemania y jamás tuve inconvenientes. Llamé a un amigo que tengo en Leverkusen para contarle lo que estaba pasando y él me consiguió un abogado para que demostrara que el delito no existía. Sin embargo, el juzgado avaló la detención y me mandaron a una cárcel de Frankfurt.
-¿Cómo fue ese momento?
-Fue muy duro. Me tomaron los datos, me sacaron mis pertenencias y me pusieron ropa de preso, color verde y azul. Lo peor fue la sensación de no saber en qué situación estaba, cuánto tiempo iba a estar preso, me invadió una desesperación muy grande.
-¿Qué pasó en los primeros días?
-Llegué a las 8 de la noche, me pusieron en una celda individual y cené 3 tostadas con mermelada. Los primeros días estuve 22 horas en la celda y sufrí mucho con las comidas, hasta que me adapté a los horarios y a las raciones. Empecé a guardar comida del almuerzo porque a la noche nos daban pan con fiambre nada más. Estaba incomunicado, tenía una hora para caminar y media para comer.
-¿Cuándo te sacaron de Frankfurt, pensaste que eras libre?
— Me habían avisado que me mandaban a una cárcel en Colonia, ya que esa era la jurisdicción de la causa. No sabía con lo que me iba a encontrar, pero por suerte las cárceles de Alemania son muy diferentes a las de Argentina.
-¿En Colonia cómo te trataron?
-Fue todo muy distinto. A los tres días ya me conocían todos, sabían que había jugado en Bayer Leverkusen y hasta me cargaban porque la mayoría eran de Colonia. Formé parte del seleccionado de la cárcel y eso me ayudó para distraerme y poder bañarme, porque los días para bañarse eran solamente dos. Además conocí a un chileno que hacía mucho tiempo estaba ahí y por buen comportamiento servía la comida. Me reconoció porque era admirador de Salas y yo había jugado con él en River (1997).
-¿Fue lo peor que te pasó en la vida?
-Sin dudas. Sobre todo por el encierro, jamás me imaginé vivir una situación así, estar lejos de mi familia, de mis viejos y de mis amigos es algo muy duro. Mientras estuve preso traté de no pensar mucho, pero siempre tuve en claro que no me iban a quebrar y así fue.
-La justicia alemana demostró tu inocencia, ¿Qué se siente?
-Por suerte y gracias a los abogados, el fiscal me concedió la libertad y no hay ningún problema penal. Resta definir en lo civil, si tengo que pagar alguna multa. Estoy muy tranquilo, se demostró mi inocencia y ahora puedo volver a Alemania sin problemas y seguir disfrutando de mi familia.
Fuente | clarin.com