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Bernardo Stamateas: Tres textos clave para vivir mejor

30/03/2014 04:30 Viceversa
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Bernardo Stamateas: Tres textos clave para vivir mejor Bernardo Stamateas: Tres textos clave para vivir mejor

¿Qué hacemos con el enojo?

Primero debemos entender que el enojo es una emoción normal, pero que nos puede terminar enfermando de acuerdo a como actuemos frente a éste.

Veamos los cuatro tipos básicos de salida que tenemos frente a este sentimiento:

Personalidad pasiva: Es la persona que no se enoja nunca, reprime absolutamente todo el enojo, porque cree que enojarse está mal, y eso le da culpa. Pero esa falta de reacción puede transformarse en depresión, que es la bronca transformada en tristeza.

El pasivo-agresivo: Son las personas que no se enojan, tragan las broncas. Por lo general tienen una postura corporal muy rígida, hablan lento, pero sus palabras pueden destruir. Son pasivos porque reprimen el enojo, pero son agresivos porque lo van sacando con palabras cortantes, sarcasmo, ira, etc.

El agresivo: Es la persona que exterioriza su bronca: rompe, grita, insulta, maltrata, etc. Porque no puede manejar el enojo y lo libera.

El asertivo: Es la persona que logra poner en palabras el enojo, es decir, transformar una emoción normal en crecimiento para resolver el obstáculo que aparece. No siempre es fácil, pero necesitamos enseñarle a nuestros hijos y a las nuevas generaciones cómo poder poner el enojo en palabras.

¿Qué podemos hacer

cuando nos enojamos?

Gastar el enojo: El ejercicio corporal físico es muy importante, por ejemplo: caminar, nadar, trotar, correr, etc., ya que a veces nos queda embotellado en el cuerpo. Por eso tenemos que sacar toda la adrenalina y la descarga física es muy buena.

Hablar: Ponerlo en palabras pero cuando no estamos enojados, esperar un poco y siempre empezar diciendo: ”Yo”, “A mí”, por ejemplo: “a mí me molesta esto” o “Yo quisiera que”… Hacerlo sin sarcasmos, sin ironía, sin agresión, sin gritos.

Contar: Empezar hasta 10, si vemos que el enojo no disminuye agregamos unos 100 más, y así… Esperar es fundamental, porque la adrenalina busca descarga y cuando uno tiene más adrenalina no piensa con claridad, lo que busca es descargarse.

¿Alguna vez te ha pasado que dejaste pasar un día o dos y ya al problema lo viste de otra forma?... Porque uno comienza a funcionar con el hemisferio derecho, que es el hemisferio de la creatividad, de la relajación, que es el de las ideas creativas, entonces las cosas las vemos de otra forma.

Cuando el enojo dura mucho tiempo, intensamente y se dispara por cualquier motivo, entonces tenemos que tener cuidado, porque el enojo en cantidades excesivas enferma, y en general de enfermedades muy graves.

Otra técnica es lo que llamamos el “tiempo afuera”, salir de la situación, dar una vuelta, caminar, salir de la habitación en donde nos encontramos, salir de la casa, o sea, tomar un poco de distancia, porque el enojo está bueno expresarlo, está bueno poner límites, pero no tenemos que dejar que se nos acumule.

El enojo es una emoción positiva, de protección, pero que tenemos que saber dirigir esa energía para resolver el problema y no para atacar a la persona que tenemos delante nuestro.

Por eso tenemos que trabajar en nuestra estima y siempre usar el enojo como una energía para resolver el problema y no para agredir a nadie, ya que después porque podemos arrepentirnos de nuestros actos.

¿Cómo reaccionar cuando nos ofenden?

Seguramente en algún momento te han ofendido o han ofendido a tu familia, a tus amigos, a tus hijos, etc. Estas ofensas pueden ser no solo a través de las palabras, sino que ciertas acciones también ofenden.

Lo más importante es saber que vos sos el único que puede detener estas acciones en el momento que lo decidas, para que nadie más pueda ofenderte.

Una de las acciones que podemos tomar frente a estos ataques es levantar un “escudo invisible”.

El escudo invisible nos sirve para imaginar que las palabras rebotan, es ignorarlos para no involucrarnos porque el que te ofende en realidad tienen un tema sin resolver en su vida y por ese motivo traslada sus angustias y carencias ofendiendo a los demás.

Lo importante es no asumir el rol de víctima ante la ofensa, porque la persona que agrede está buscando herirte. No busques la compasión de los demás y tampoco estés explicando por qué te ofendió y te lastimó lo que el otro te dijo.

Evitemos relacionarnos con las personas ofendibles y que se enojan fácilmente, ya que se nos puede “pegar” su manera de ser. Las personas que se ofenden fácilmente seguramente no están escasas de pasión en sus vidas, por eso no podemos permitir que nuestra vida también se “contagie” de esa falta de pasión y de propósitos.

Las personas que van ofendidas por la vida son blanco fácil de aquellos que buscan lastimar a otros. Son personas que no pueden tener el control de sus vidas ya que les dan el control de sus emociones a otros; y una persona que va por la vida con sus emociones lastimadas no va a poder relacionarse eficazmente con las personas que la rodean.

Por eso tenemos que manejar la ofensa para que ese enojo con aquel que nos ofendió no se transforme en resentimiento, ya que corremos el riesgo de quedar atrapados en el pasado, mientras que la persona que nos ofendió sigue caminando feliz por la vida!...

El resentimiento nos puede llevar a la venganza y a no descansar o estar pensando constantemente en el que nos ha ofendido, por eso seamos astutos, aquel que quiere tu mal no merece que pases ni una sola noche sin dormir por pensar en lo que te hizo, en las palabras que utilizó para lastimarte; tenés que seguir adelante y poner un escudo, para que las palabras reboten y no hagan nido en tu corazón ni den lugar al resentimiento.

Tenés que perdonar y dejar atrás el pasado, eso nos liberará de la carga pesada que nos deja el resentimiento.

No vivas atado a las palabras que te dijeron para querer destruirte, sino que tenés que dejar esas ofensas de lado y seguir caminando hacia tu meta.

¿Cómo actuar en medio de una crisis?

Las crisis son parte de la vida y las crisis tienen que ver con cambios, los cambios se dan en dos aspectos, en la cantidad o en la calidad.

Por ejemplo: cuando una persona forma una pareja eso es crisis, porque de uno ahora son dos, cuando de dos llega un hijo ahora son tres, eso es crisis. Cuando de tres alguien fallece quedan dos, eso es crisis, o sea que en el sistema, cualquier cambio en la cantidad, ya sea alguien que viene a vivir a casa, alguien que se va de casa; cuando hablamos de cambios en la cantidad estamos hablando de crisis.

Y en la calidad del vínculo, quiere decir: soltero a estar en pareja, de pareja a estar casado, de casado a ser papá o mamá, esto también es crisis.

Tipos de grandes crisis

Las crisis normales, las crisis evolutivas, son las crisis esperables, normales, universales, nos pasan a todos, ejemplo: ponerse de novio, casarse, recibirse, tener un hijo, estas son crisis esperables, normales y muchas veces ante esas crisis nos frenamos en la etapa, nos cuesta. Es muy importante los recursos de la emociones positivas, recuerdos positivos y el colchón afectivo, rodearnos de gente que nos sostenga, nos contenga, etc.

Las crisis accidentales, que son difíciles, son crisis inesperadas. Son crisis que suceden y de pronto nos dejan en shock, nos desorganizan internamente, nos traen ansiedad, nos traen bronca, nos traen depresión, no lo esperábamos. Puede ser del accidente que algo se rompió en nuestras casas, hasta una catástrofe. En las crisis accidentales aparecen determinados síntomas:

• La primera fase: shock, desorganización, los olvidos, la confusión, las dudas, los miedos, etc. y algunas personas a largo alcance, que es lo que llamamos el estrés traumático, donde los síntomas continúan pasados un par de meses de la situación y aparecen las pesadillas, aparecen los miedos internos, la desconfianza, la híper vigilancia, revivir nuevamente la situación de angustia que hemos vivido, y hay tres descubrimientos que tenemos los seres humanos en las crisis accidentales:

• La solidaridad, este es el primer descubrimiento lindo en medio de lo triste, se borran las diferencias y nos unimos hacia un mismo objetivo que es cuidarnos, ya no está más el “sálvese quien pueda”, “a mí no me importa lo que te pasa”, nos damos cuenta de la finitud, de la fragilidad

• Los recursos internos, este descubrimiento también es lindo, que tenemos y que ni nosotros sabíamos, para enfrentar la situación.

• Descubrir a los verdaderos amigos, nos damos cuenta quiénes están, quiénes no.

En las crisis accidentarles no hay que buscar culpables, hay que buscar soluciones, hay que unirse, hay que salir de la queja y la culpa ya que estas no resuelven nada. Y poder hablar y expresar lo que pasa, hablar tiene que ver con las palabras, y la catarsis tiene que ver con las emociones… tenemos que permitirnos ambos.

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