VAN AL FRENTE. Azul y Abril Vittar, junto a sus amigas, en el banderazo.
FERROVIARIOS. Aldo y sus hijos también se apasionan con la selección.
AGUANTE. Nuestros comprovincianos posaron con la bandera de EL LIBERAL y hoy estarán en el Maracaná alentando al equipo de Alejandro Sabella.
INCONDICIONALES. Esta barra de santiagueños banca a la selección.
DELIRIO. El enviado de EL LIBERAL y Canal 7, en medio del banderazo.
DELIRIO. El enviado de EL LIBERAL y Canal 7, en medio del banderazo.
Santiagueños disfrutaron del banderazo Santiagueños disfrutaron del banderazo
Enviado Especial
“Para el partido de la Argentina con Bosnia se espera un aluvión de argentinos en Río de Janeiro, al igual que para el 21 de junio para cuando se enfrente el equipo argentino con el de Irán en Belo Horizonte”. Así se expresó ante EL LIBERAL el cónsul de la Argentina en Belo Horizonte, José Antonio Cafiero, hijo del legendario político argentino y peronista Antonio Cafiero. Ese vaticinio se dio desde el jueves pasado, con un incesante ir y venir de compatriotas por las calles de Río de Janeiro.
Desde distintas provincias argentinas convergieron a un sector de Copacabana para participar del banderazo que se realizó ayer en este lugar que inspiró a poetas y escritores del Brasil. Y los santiagueños se hicieron notar en esta manifestación de apoyo hacia la selección argentina a lo largo y ancho de la avenida Atlántida.
Abril y Azul Vittar, dos jóvenes de Santiago Capital, no pueden creer el entusiasmo con que se vive este Mundial de Fútbol con toque latinoamericano. Desde que llegaron, Abril y Azul disfrutan de cada momento de este bello lugar del Brasil. En tanto, Walter Salomón, envuelto con una bandera argentina que tiene escrito su apellido, se contagió con la multitud y se sumergió en ese mundo tan cautivante que es por estos momentos el fútbol. Salomón vino de Villa Atamisqui para ver algunos de los partidos del seleccionado argentino. En tanto, Aldo, acompañado por sus dos hijos varones y un sobrino, todos ataviados con la camiseta de Central Córdoba, vivaron cada una de las tantas canciones tribuneras.
La fiesta arrancó a las 15 y concluyó a las 16, bajo el estricto control ejercido por uniformados de la Policía Militar de Brasill
