Con cohetes, un grupo de "hinchas" celebró el suicidio de un rival y hubo batalla campal con pistolas y tumberas

El suicidio de un vecino del B° Sarmiento potenció ayer la puja de dos bandos antagónicos familiarizados con la droga, tras la insólita celebración de la tragedia a puro cohetes y fuegos artificiales, apenas a 100 metros del velatorio.

La víctima fue identificada como José Leguizamón, alias "Pibe", de 35 años, con residencia en calle San Luis al 1.500, entre Lamadrid y calle 7.

El entorno deslizó que "Pibe" atravesaba una crisis con sus tres hijas. Dos habían abandonado el hogar.

Imposibilitado de recuperarlas, el hombre se habría entregado a las adicciones en las últimas 48 horas. Tomó un cuchillo y se provocó graves lesiones en las dos muñecas. Después, utilizó un alargador de corriente eléctrica, lo sujetó a una viga en la puerta de entrada y se colgó. Para cuando su padre lo encontró, el cuadro de "Pibe" era irreversible. Acudió una ambulancia, cuyos profesionales le hicieron trabajos de reanimación, lo condujeron al Hospital Regional, pero ya era tarde. Murió en el camino.

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Urgente, la fiscal Cecilia Gómez Castañeda puso en marcha el andamiaje legal. Ordenó la autopsia y envió a personal de la División Criminalística para las pericias en la vivienda.

"Pibe" estaba vinculado con la facción deportiva de Central Córdoba "La Gloriosa del Oeste", enfrentada con "Los de la Inti Huasi".

Justamente, la muerte de "Pibe" ayer a la madrugada provocó un "espectáculo" grotesco. En los primeros minutos del domingo, "Los de la Inti Huasi" compraron una "torta" de cohetes y fuegos artificiales. Y los encendieron en Inti Huasi y San Luis, a 100 metros de la vivienda de "Pibe".

Venganzas mutuas

Para "Los de la Inti Huasi", tiene mucho de lógica. Reprocharon a sus rivales un acto similar el 22 de diciembre del 2016, al suicidarse "Chacha" -ligado a su facción- en Inti Huasi, entre San Luis y Colón.

Fue tal el escándalo al trenzarse los dos grupos con revólveres y tumberas, que la fiscal trabajó toda la madrugada y afectó personal pertrechado de la Prevención y alertó a Infantería, por si la tensión decantaba en riesgo para los otros vecinos. Entre la 1 y las 3 de la madrugada, casi todo el Comando Sur, copó la zona. Fue imposible discriminar entre los dos bandos, ya que también se plegaron familiares y amigos.

En segundos, dos patrulleros se convirtieron en blanco de una "lluvia" de ladrillos y piedras. Resultaron con múltiples secuelas, al igual que varios policías: en especial Jonathan Ponce, de 24 años, domiciliado en el B° Reconquista, herido en el rostro y la cabeza.