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Se negaron a prestarle el automóvil

29/06/2017 00:00 Policiales
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Se negaron a prestarle el automóvil Se negaron a prestarle el automóvil

Una vez descubierta la sangrienta escena, efectivos de la Dirección de Investigaciones de la Policía arribaron de inmediato a la localidad de Tapso. Tras los trabajos de los peritos de Criminalística y los científicos, los sabuesos comenzaron con las averiguaciones.

El testimonio de un vecino fue clave para la causa. El mismo reveló que durante la noche, Villalba se encontraba en la puerta de la casa de las víctimas. A través de las averiguaciones, los policías reconstruyeron el crimen.

Andrés -al parecer tenía planificado un crimen- pero no precisamente el de sus padrinos. El día viernes se cumplían las medidas restrictivas que le habían impuesto en contra de su pareja, por lo que éste planeaba un viaje con ella, aparentemente de "reconciliación".

Los planes de Villalba no salían como lo esperaba, a raíz de la negativa de su ex pareja Natalia de viajar con él a la ciudad de Frías, pero él seguía insistiendo. Para realizar dicho viaje, el homicida confeso dijo que les pidió el automóvil a sus padrinos. Según pudieron establecer los investigadores, la primera respuesta de los ancianos habría sido no, pero era tanta la insistencia del ahijado que hasta el día miércoles cambió a "bueno, lo vamos a pensar".

El domingo -pasado el mediodía- Villalba visitó otra vez a sus víctimas para recodarles nuevamente el pedido: "Necesito que me presenten el auto". La negación de los ancianos enojó al sujeto, quien se retiró y prometió regresar más tarde. Minutos después de que Andrés se fuera de la casa, arribó al domicilio de los octogenarios, Natalia -la ex del imputado- quien mantuvo una extensa charla con el matrimonio Guzmán. Por estas horas la fiscalía investiga cuál fue el contenido de esa conversación, aunque sospechan que Villalba fue el eje del intercambio verbal.

Cerca de las 20.30, Villalba llegó a la vivienda de las víctimas. Ingresó por la cocina, ya que la puerta de acceso principal está cerrada con candado. Conversaron por más de una hora, donde nuevamente los ancianos se negaron a prestarle el auto. La contundencia había sido de la madrina, quien lo acompañó hasta la puerta.

Cuando pretendía retirarse, antes de que abriera la puerta doña Nélida, Villaba le pegó un golpe de puño a la altura de la cabeza, arriba del ojo izquierdo y la hizo caer cerca de una mesa. La mujer impactó con una de las puntas de madera y terminó en el suelo.

Ante la salvaje agresión, don Lucio se levantó y tomó -de atrás- del cabello a su ahijado. Superándolo ampliamente en fuerza y tamaño, el acusado se dio la vuelta y con un solo brazo lo apoyó contra la pared.

Allí levantó del suelo un cuchillo y lo apoyó en el cuello de su padrino y de izquierda a derecha le provocó un corte, degollándolo casi por completo. "La cabeza quedó pendiendo de una vértebra", indicó una fuente. (don Guzmán tenía restos de cabello en sus uñas).

Mientras él atacaba a su padrino, Nélida, arrastrada por el suelo, intentó esconderse en la habitación. Desde la cocina se trasladó por el pasillo intentando llegar hasta a su dormitorio.

Cuando pretendía cerrar la puerta, Villalba la tomó del cabello y comenzó a aplicarle golpes de puño y patadas en la cabeza. Ella como pudo logró rasguñarlo (tenía material genético debajo de las uñas) y con el mismo cuchillo le acertó una puñalada del lado derecho del cuello y luego la degolló.

Para evitar ser detenido, Villalba se retiró de la casa -saliendo por la puerta principal- llevándose consigo el cuchillo. Las huellas con sangre del homicida quedaron en el marco de la puerta, ya que debió forzarla para abrirla por el poco uso que la misma tenía.

Caminó hasta su casa, y cuando recordó que dos de sus hijos estaban en su vivienda trató de entrar por la parte trasera para que no descubrieran que tenía la ropa con sangre. Según se supo, Villalba dejó olvidado un buzo completamente ensangrentado, colgado en la cocina.

En su vivienda al ver que no podía entrar sin ser visto, optó por pedirle a su hija de 19 años que abriera la puerta. Rápidamente caminó hasta el fondo de su propiedad y permaneció allí por más de dos horas.

Más tarde ingresó a la casa, se bañó y nuevamente fue hasta el patio. Minutos después se acostó a dormir.

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