Penúltimo round para Amaya y Kasinsky en doble tragedia que puede enviarlos a prisión perpetua

Si la Justicia da luz verde a la prórroga de la prisión preventiva, Daniel Amaya y Benjamín Kasinsky "viajarán" inexorablemente a un juicio oral, en cuya última estación pareciese vislumbrarse una casi segura condena a prisión perpetua por el crimen de Dalma Barreto.

Allí radica la luz que los expertos advierten al final del túnel penal, en la investigación por el asesinato de la adolescente embarazada, ultimada de un tiro de escopeta en un campo de maizales en el paraje Las Arenas, distante 50 kilómetros de la ciudad de Bandera, departamento Belgrano.

Mientras, el changarín Amaya seguirá detenido en Herrera, y su sobrino, estudiante secundario a distancia, aguardará en Añatuya.

El proceso recuerda que Dalma era novia de Amaya, pero éste había tomado drástica distancia al quedar embarazada la jovencita.

Con intermitentes whatsapp, Amaya extendía la agonía a la relación con Barreto, a quien habría reemplazado por una chica de Villa Minetti, Santa Fe.

Según precisó Teresa a EL LIBERAL, después de semanas distante, Amaya citó a su hija la madrugada del 26 de junio a la 1.30. Dalma fue caminando a su encuentro. Como demoró más de la cuenta, madre y hermanos salieron siguiendo sus huellas, alrededor de las 2 de la madrugada. Teresa ingresó a un campo privado, ya que allí se perdían sus pisadas. A diez metros, encontró a Dalma ejecutada de un tiro en la cabeza.

En las primeras horas, Amaya negó cualquier relación y dijo que ya no era novio de Dalma. Pero la empresa de telefonía celular lo contradijo abiertamente, al ubicarlo cerca del lugar y recrear una batería de whatsapp con Dalma y, en forma sorpresiva, su sobrino Benjamín Kasinsky.

Así, la trama de la historia incorporó a un familiar de Amaya, quien en la primera declaración se quebró y confesó el homicidio.

Sin desmenuzar el vínculo entre ambos, la Fiscalía atribuyó a Amaya el rol de instigador y a Kasinky, la autoría del homicidio.

Allí descansa hoy la suerte de los dos jóvenes.

"Doctor, necesito salir rápido de esto", fue la exhortación de Amaya a uno de sus defensores, Franco Escalada (el otro es Gabriel Toloza), desnudando una realidad inequívoca: aún no procesó la doble tragedia y su responsabilidad.