Patrón regresó a la casa en donde mató de un tiro a su empleado al discutir por cuestiones de "polleras" Patrón regresó a la casa en donde mató de un tiro a su empleado al discutir por cuestiones de "polleras"
El tribunal realizó una inspección ocular en Río Hondo por un crimen regado en abundante alcohol, de Carlos Delfín Páez, y quizá reconstrucción, antesala a los alegatos y sentencia previstos para la semana que se inicia.
El escenario fue en el paraje Patillo, a más de 20 kilómetros de Villa Río Hondo. Allí, el 11 de noviembre de 2015 se trenzaron en una áspera discusión el patrón Víctor H. ávila y el empleado Carlos Delfín Páez.
El primero mató al segundo y ahora los vocales intentan develar si fue un "homicidio simple", o un "homicidio con exceso en legítima defensa".
Durante el trámite, varias decenas de policías coparon la casa de ávila, a pedido de los funcionarios judiciales.
Con chaleco antibalas, ávila regresó a su casa, ya separado y preso.
La inspección ocular y "semirreconstrucción" posibilitó establecer distancias, conocer el lugar en que discutieron y partió un disparo de escopeta que mató a Páez.
Uno u otro
Objetivamente, las únicas dudas radican en las circunstancias en que sobrevino el desenlace.
Para el fiscal Rafael Zanni, ávila obró con vocación homicida. En cambio, para los defensores Juan José Saín y Carlos Ríos López, su cliente no tuvo otra opción, presionado y hasta amenazado por Páez.
Ambas posiciones serán ventiladas esta semana y la última palabra es potestad de los vocales.
Para ávila, representan universos muy opuestos. El homicidio simple prevé penas máximas de hasta 25 años de cárcel.
En tanto, el con exceso en legítima defensa quizá no implique condenas superiores a 6 o 7 años de prisión.
Más allá de la matemática, están separadas por una conducta neta de matar porque sí, o bien como última variante.
