Evangelio según San Lucas 17,1-6. Evangelio según San Lucas 17,1-6.
“Es inevitable que haya
escándalos, pero ¡ay de
aquel que los ocasiona!
Má s l e va l d r í a q u e l e
ataran al cuello una piedra
de moler y lo precipitaran
al mar, antes que escandalizar
a uno de estos pequeños.
P
o r l o t a n t o , ¡ t e n g a n
c u i d a d o ! S i t u h e rma n o
peca, repréndelo, y si se
arrepiente, perdónalo.
Y si peca siete veces al
día contra ti, y otras tantas
vuelve a ti, diciendo: “Me
arrepiento”, perdónalo”.
Los Apóstoles dijeron al
Señor: “Auméntanos la fe”.
El respondió: “Si ustedes
tuvieran fe del tamaño
de un grano de mostaza,
y dijeran a esa morera que
está ahí: “Arráncate de raíz
y plántate en el mar”, ella
les obedecería”.
Comentario
El amor consiste no en
sentir que se ama, sino en
qu e re r ama r : c u a ndo s e
quiere amar, se ama; cuando
se quiere amar por encima
de todo, se ama por encima
de todo.
Si o c u r re q u e s e c a e
en una tentación, es que
el amor es demasiado déb
i l , n o e s q u e n o h a y a
amor : hay que llorar como
San Pedro, arrepentirse
como San Pedro, humillarse
como él, como él decir
también tres veces: “Yo
os amo, os amo, vos sabéis
que a pesar de mis debilidades
y pecados, os amo”
(Jn 21,15s).
En cuanto al amor que
Jesús nos tiene, nos lo ha
probado suficientemente
como para que creamos en
él sin sentirlo: sentir que le
amamos y que nos ama, sería
el cielo; el cielo no es,
salvo raros momentos y raras
excepciones, para aquí
abajo.
Re c o rdemo s c o n f re -
cuencia la doble historia de
las gracias que Dios nos hizo
personalmente desde
nuestro nacimiento y el de
nuestras infidelidades; encontraremos...
allí el motivo
para perdernos en una
confianza ilimitada en su
amor.
Nos ama porque es bueno,
no porque nosotros somos
buenos ; ¿ Acaso las
madres no aman a sus hijos
descarriados? Así encontraremos
cómo profundizar
en la humildad y la desconfianza
en nosotros mismos.
Procuremos redimir un
poco nuestros pecados por
el amor al prójimo, por el
bien hecho al prójimo.
La caridad hacia el prójimo,
los esfuerzos por hacer
el bien a otros son un
remedio excelente que hay
que utilizar ante las tentaciones:
es pasar de la simple
defensa al contraataque.