Advierten sobre los peligros de la automedicación en los menores

Existe una gran cantidad de medicamentos de libre venta útiles para tratar padecimientos comunes como fiebre, dolor de cabeza o diarrea, entre otros. Sin embargo, cuando se trata de administrar medicamentos en niños, es necesario tomar en cuenta ciertas medidas que garanticen su bienestar, ya que suministrarles fármacos inadecuados o dosis equívocas puede causar efectos adversos en la salud e, incluso, cuadros irreversibles.

En Santiago, según sostienen los médicos, es común la automedicación por parte de los padres.

"Se denomina automedicación a la administración de un medicamento o fármaco por decisión propia de una persona sin un adecuado previo consejo médico. Este hecho siempre implica una situación peligrosa que pone en riesgo la vida de quien se automedica, pero es mucho mayor el riesgo cuando son los niños quienes reciben la medicación sin la previa prescripción de un profesional", advirtió el Dr. ángel Muratore.

Y agregó: "Existen medicamentos que pueden conseguirse en farmacias, e incluso en quioscos, sin receta médica, y sirven para aliviar síntomas comunes y leves como dolores o fiebre. En estos casos, los padres deben consultar a sus pediatras sobre cómo usar dichos medicamentos de acuerdo con la edad y al peso del niño, y así mitigar los síntomas hasta ser evaluados por un médico. Generalmente se trata de medicamentos con un rango terapéutico seguro, cuyo uso no supone un riesgo".

Sin embargo, explicó que la cantidad del medicamento a suministrar al niño varía constantemente, ya que se regula de acuerdo con el peso del menor.

"No hay que olvidar que la dosis de los medicamentos en los niños se calcula en relación al peso corporal, por lo cual, muchas veces, las recomendaciones de los prospectos de los fármacos pueden ser erróneos si se trata de un niño de bajo peso para su edad u obeso", advirtió.

El problema se profundiza, explicó el Dr. ángel Muratore, cuando los padres se toman la atribución de darle a los niños remedios que se venden bajo receta médica, sin previa consulta al médico. Esto ocurre generalmente cuando los niños suelen presentar una enfermedad por segunda vez en poco tiempo.

"El verdadero problema surge cuando se administran a los pequeños medicamentos que sólo pueden ser adquiridos bajo receta médica, por ejemplo antibióticos. Esto suele ocurrir debido a que los padres suponen que el niño presenta el mismo cuadro por el que fue tratado con anterioridad y repiten el tratamiento. Usar un antibiótico que no es efectivo para la infección que presenta el niño, determina el empeoramiento del cuadro, y su empleo en casos virales es innecesario y desarrolla resistencia bacteriana", expresó el pediatra.

Y sentenció: "El niño que recibe medicamentos que no necesita corre riesgo de intoxicación. A su vez, cuando no le son administrados los que sí necesita, agrava su enfermedad haciéndola crónica".