Fundamentado sobre la roca, Cristo Fundamentado sobre la roca, Cristo
Jesús dijo a sus discípulos:
“No son los que me dicen:
‘Señor, Señor’, los que
entrarán en el Reino de los
Cielos, sino los que cumplen
la voluntad de mi Padre que
está en el cielo.
Así, todo el que escucha
las palabras que acabo de
decir y las pone en práctica,
puede compararse a un
hombre sensato que edificó
su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se
precipitaron los torrentes,
soplaron los vientos y sacudieron
la casa; pero ésta no
se derrumbó porque estaba
construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha
mis palabras y no las
practica, puede compararse
a un hombre insensato,
que edificó su casa sobre
arena.
Cayeron las lluvias, se
precipitaron los torrentes,
soplaron los vientos y sacudieron
la casa: ésta se
derrumbó, y su ruina fue
grande”.
Comentario
Cuando afrontáis con
valentía las tentaciones, no
es la tentación la que os hace
fieles y constantes, sino
que tan sólo revela que
las virtudes de constancia
y valentía estaban ya en vosotros,
pero de manera escondida.
“¿Crees tú, dice el
Señor, que hablando así, tenía
yo otro fin que mostrar
tu justicia?” (Jb 40,3 LXX)
Y en otra parte dice: “Te he
afligido y te he hecho sentir
el hambre para que se manifestara
lo que tenías en tu
corazón” (Dt 8, 3-5).
De igual manera, la tempestad
no hace que el edificio
construido sobre arena
sea sólido. Si quieres construir,
que sea sobre piedra.
Entonces, cuando se levantará
la tempestad, no derrumbará
lo que está fundamentado
en la piedra; pero
lo que tiembla sobre la arena,
muestra que sus fundamentos
no valen nada.
Por eso, antes de que se
levante la tempestad, que
se desencadenen las ráfagas
de viento, que desborden
los torrentes, cuando
todavía permanece todo
en silencio, pongamos toda
nuestra atención sobre
el fundamento del edificio,
construyamos nuestra morada
con las variadas y sólidas
piedras de los mandamientos
de Dios. Y cuando
se desencadene la persecución
y se levante una cruel
tormenta sobre los cristianos,
podremos demostrar
que nuestro edificio está
fundamentado en la roca,
Cristo Jesús (1Co 3,11).