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Benicio, el "Inmortal" que con 74 días de vida pasó 7 veces por el quirófano

17/12/2017 01:00 Santiago
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Su madre lo anotó como Benicio Thomás Ybarra, pero en el Servicio de Neonatología del Hospital Regional lo llaman cariñosamente el “Inmortal”. No es para menos.  Nació a los 7 meses y dos semanas con un 1,800 kg y una gastrosquisis, un defecto congénito que causa una abertura en la piel y en la pared abdominal, por lo que los intestinos y otros órganos se desarrollan fuera del abdomen.  En apenas 74 días de vida pasó 7 veces por el quirófano, estuvo 2  veces al borde de la muerte y salió adelante gracias a una perfecta combinación de  ciencia y amor materno. Así lo explica la encargada de turno de enfermeras, Andrea Peralta, quien a lo largo de sus 13 años de servicio asegura que “jamás” había visto un cuadro similar.

“Benicio ha pasado por las manos de todos los médicos y las enfermeras del Servicio de Neonatología. Ha estado en terapia, en cuidados intermedios, en cuidados medios. Ha ido y ha vuelto  de cada uno de ellos. Ha experimentado avances y retrocesos. Muchas veces, hemos pensado que era la última vez que lo veíamos, y a los tres o cuatro días, otra vez, estaba dando pelea. Su madre ha estado presente en todo momento, y ha aprendido incluso a curar sus heridas. Los dos han pasado por muchas cosas en muy poco tiempo. él tenía muchas ganas de vivir y su madre estaba siempre ahí. Es joven, pero muy comprometida con su hijo”, cuenta Andrea.

María José Lilian Ybarra es madre primeriza. Tiene 22 años y se enteró de que estaba embarazada cuando cursaba el tercer mes de gestación. “Me habían dicho que iba a tener que hacer tratamientos para poder tener hijos porque desde que me hice señorita mis períodos eran irregulares. Por eso, me sorprendió la noticia”, cuenta.

Por aquel entonces estaba viviendo en Buenos Aires junto a sus hermanos. Había terminado el secundario y tenía proyectos de continuar estudiando para convertirse en policía. Pero lo dejó todo y pegó la vuelta a Suncho Corral para poder cuidar de su hijo.  Para esa fecha estaba ya sin pareja. “Continué el embarazo con el apoyo de mis hermanos y mi madre. Me mudé a Suncho en junio de este año. Estuve mucho tiempo con el padre de mi hijo, pero me di cuenta de que no iba a cambiar. Por eso, decidí hacerme cargo sola.  Si  tantas madres pueden, yo también voy a poder salir adelante y así va a ser”,  decreta María José.

Según cuenta, los controles prenatales que venía realizándose nunca la habían alertado del problema congénito de su hijo. Del mismo modo, desconocía que aquella siesta del 2 de octubre cuando llegó con contracciones a la maternidad de La Banda, Benicio iba a decidir nacer.

“Llegué al hospital sin saber que estaba en trabajo de parto. Me dijeron que ya quedaría internada.  Trataba de estar tranquila, aunque el miedo me invadía de a ratos. Me llevaron a la sala de partos sin saber cómo sería parir, qué se sentiría. Subí a la camilla nerviosa, pero quería conocerte.  Ese 2 de octubre, a las 15:36 llegaste a mi loco mundo. Te pusieron en mi pecho, ni siquiera pude ver tu carita. Sólo te escuché llorar y te llevaron de urgencia. No entendía  nada de lo que estaba pasando. Fue ahí cuando escuché decir 'tu hijo está mal'. Naciste con una enfermedad llamada “gastrosquisis”. No pude dormir porque no sabía si pasabas esa noche”, relata María José en un cuaderno en el que, a lo largo del primer mes escribió cada minuto de la vida de su hijo.

En esa especie de diario íntimo, que después no pudo continuar por los cuidados que le demandaba Benicio, hay registros de cada uno de los ingresos de su bebé al quirófano, el horario y la duración de cada intervención quirúrgica; también el día y la hora en la que María José ingresaba a verlo, sus sensaciones, sus emociones, sus miedos, sus rezos.

“¿Qué hacía cuando los médicos no me daban esperanzas? Yo los escuchaba, pero por dentro me decía 'de aquí me lo voy a llevar vivo a mi hijo.  Si Dios me lo mandó es para que esté conmigo, le rezaba a él, a todos los santos, para que saquen adelante a mi bebé. Por suerte, mañana (por hoy) nos vamos a casa”, adelanta María José. 

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