La familia La familia
Sagrada Familia. Sabemos,
los que tenemos familia
que con ella podemos vivir
alegrías, tristezas, felicidades.
Pero hoy, en este
mundo, estamos para ver
si realmente podemos llegar
a hablar de ella. Hay un
montón de libros, de cosas
que hablan de la familia,
pero si realmente miramos
a la Sagrada Familia, Jesús,
María y José, podemos decir
que es un núcleo, es una
familia sencilla. Tenemos
un montón de formas de
familia. La compuesta por
padre, madre y los hijos, y
luego están las grandes familias,
sobre todo en Santiago
del Estero, que incluyen
tíos, sobrinos, muchos
más. Entonces hoy no debemos
pensar que la familia
es únicamente los padres
y los hijos. Llegamos a
vivir en familia, considerar
a todos como miembros de
una gran familia, y hay que
saber que en ella no somos
ángeles y hay que convivir,
hay que aceptar cómo es el
otro, aceptar su libertad y
ver cómo pueden mejorar
las celebraciones. No hay
mala familia, no hay buena
familia, sólo hay familia.
Si queremos comparar, si
queremos comentar, nunca
vamos a vivir en ella.
Los jóvenes también
deben reflexionar sobre el
tema. Muchas veces dicen:
‘tengo mis amistades que
me quieren más que mi familia’.
Y eso no es verdad,
porque cuando algo malo
pasa o hay problemas, es
la familia la que interviene,
no únicamente los amigos.
Entonces, no hay familia
buena ni mala ni elecciones
de familia, hemos nacido
en ella.
El problema de nosotros
como católicos es que
no debemos perder esa esperanza
de vivir en familia,
y sobre todo de pensar que
la gracia de Dios obra en
ellas. No dejarse engañar
por la sociedad que piensa
que la familia no existe
más, no, nuestra familia es
más que la amistad.
Por eso hoy quiero leer
la carta de San Pablo a los
Colosenses 3.12-17: ‘Entonces
es muy importante
para mirar cómo convivir,
hoy la convivencia no
es fácil como era antes’. Y
San Pablo dice: ‘Pónganse,
pues, el vestido que
conviene a los elegidos de
Dios, sus santos muy queridos:
la compasión tierna,
la bondad, la humildad, la
mansedumbre, la paciencia.
Sopórtense y perdónense
unos a otros si uno
tiene motivo de queja contra
otro. Como el Señor
los perdonó, a su vez hagan
ustedes lo mismo. Por
encima de esta vestidura
pondrán como cinturón el
amor, para que el conjunto
sea perfecto. Así la paz de
Cristo reinará en sus corazones,
pues para esto fueron
llamados y reunidos.
Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo
habite en ustedes y esté
a sus anchas. Tengan sabiduría,
para que se puedan
aconsejar unos a otros
y se afirmen mutuamente
con salmos, himnos y alabanzas
espontáneas. Que
la gracia ponga en sus corazones
un cántico a Dios, y
todo lo que puedan decir o
hacer, háganlo en el nombre
del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por
medio de él’.
Entonces podemos llegar
a vivir entre nosotros
esas virtudes de la Sagrada
Familia y de la convivencia.
Hoy es domingo 31,
vamos a terminar el 2017 y
entramos en 2018, vamos a
celebrar este año en familia,
que no sea únicamente
celebración con comida,
bebidas y cohetes, sino
que sea un momento para
reconciliarnos, perdonarnos,
para entrar en un
año de felicidades y de paz,
que no sea una fiesta de un
día únicamente, que no sea
una fiesta para decir vamos
a reunirnos porque tenemos
la obligación. No, es
una necesidad para que la
familia se encuentre y podamos
celebrar bien el año
que viene.
Mis deseos es que todos,
como miembros de las
familias de Dios, en nuestras
familias reine la paz, el
amor, la caridad, que todos
busquemos el bien. Que no
decimos únicamente cuando
hoy los medios de comunicación
digan feliz año
nuevo es sólo poner todas
las palabras, pero hay que
llegar a vivir. Que el año
2018 podamos llegar a vivir
en la prosperidad y sobre
todo mejorar nuestras
relaciones con los demás.
Que vivamos sin violencia,
en la fraternidad y sobre
todo considerarnos como
hermanos y hermanas, que
Dios aleje todo lo que puede
dividir, todo lo que puede
alejarnos del amor de
Dios. Que el 2018 sea mejor
que el 2017, que nuestra
Madre nos ayude para entrar
en este nuevo año con
confianza, con esperanza,
que todo es posible, a través
de su Hijo todo es posible,
todo es posible con Dios padre
y dejar que el año próximo
el Espíritu Santo nos
ilumine, que nos muestre
el camino que debemos tomar
para vivir la felicidad.
Felices, porque todos
nosotros tenemos familia,
felices nosotros que vamos
a entrar en este año
nuevo. Que todo sea bondad,
compasión, que nuestro
Dios de la Trinidad nos
ayude para que todo lo que
hagamos sea por el bien de
nosotros y de los demás.
Amén.