Sacerdote norteamericano expuso la crisis de la Iglesia Católica chilena y los casos de pedofilia que la sacuden

Si uno pregunta por el padre Eugenio Barber en la comuna de Estación Central, en Chile, es muy probable que le respondan ‘¿Y quién es él?’ Es que todos los habitantes de este populoso sector chileno lo conocen como ‘Condorito’, apodo que le pusieron en referencia al querible personaje de la historieta chilena que inmortalizó el dibujante Pepo.

Desde que llegó a Estación Central desde su Pensylvania natal, hace ya cuarenta años, este sacerdote de hablar pausado pero contundente en sus expresiones, es jesuita, como el papa Francisco, a quien conoce. En una entrevista con EL LIBERAL y Canal 7, el padre Juan habló sobre el Santo Padre, la crisis que vive la Iglesia Católica de Chile y la pedofilia.

"Es una gran bendición haber tenido al papa Francisco en el Santuario. Realmente, nunca jamás se hubiera pensado tener al Papa jesuita en el santuario del Padre Hurtado. Entonces, todos estamos agradecidos de Dios. Los tiempos están difíciles en la Iglesia de Chile. Entonces, pensamos que él podrá darnos algunas luces, inspiración que nos ayude a enfrentar este panorama difícil y complicado", sostuvo.

¿La presencia de Francisco va a traer esa luz e inspiración para que la Iglesia Católica de Chile genere cambios?

-Esperamos. Yo pasé mucho tiempo en Osorno (ciudad ubicada al sur de la capital chilena), y hoy hay muchos problemas con el obispo de Osorno (monseñor Juan Barros Madrid, sospechado de ocultar los casos de pedofilia del entonces obispo Karadima) y complica a toda la Iglesia. Es una herida abierta. Tenemos la esperanza de que ponga un poco de luz a todos los problemas de abuso sexual, que en estos días han reclamado una solución. Hay que pedir perdón, ser más abierto, enfrentar el problema. Es tremendo cuando estas cosas van enrostrándose porque pintan mal a nuestra Santa Iglesia.

¿Lo considera un re volucionario, en todo sentido, al Santo Padre?

-En todo sentido no, pero en muchos sentidos sí. Me encanta porque él habla de una forma en que todo el mundo lo entiende. Muchas veces, nosotros los curas o los obispos hablan con otro idioma, supercomplicado y nadie entiende qué dicen. Cuando Francisco habla, todos entendemos. Admiro su teología. Es un hombre enamorado de Jesús, porque tiene su base en el Evangelio.