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EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Marcos 8,1-10.

09/02/2018 23:10 El Evangelio
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Evangelio según San Marcos 8,1-10. Evangelio según San Marcos 8,1-10.

En esos días, volvió a reunirse

una gran multitud, y como no tenían

qué comer, Jesús llamó a sus

discípulos y les dijo: “Me da pena

esta multitud, porque hace tres

días que están conmigo y no tienen

qué comer. Si los mando en

ayunas a sus casas, van a desfallecer

en el camino, y algunos han

venido de lejos”.

Los discípulos le preguntaron:

“¿Cómo se podría conseguir pan en este lugar

desierto para darles de comer?”.

El les dijo: “¿Cuántos panes tienen ustedes?”.

Ellos respondieron: “Siete”.

Entonces él ordenó a la multitud que se

sentara en el suelo, después tomó los siete

panes, dio gracias, los partió y los fue entregando

a sus discípulos para que los distribuyeran.

Ellos los repartieron entre la multitud.

Tenían, además, unos cuantos pescados

pequeños, y después de pronunciar la bendición

sobre ellos, mandó que también los repartieran.

Comieron hasta saciarse y todavía se recogieron

siete canastas con lo que había sobrado.

Eran unas cuatro mil personas. Luego

Jesús los despidió.

En seguida subió a la barca con sus discípulos

y fue a la región de Dalmanuta.

Comentario

Señor Jesús, sé muy bien que no quieres

dejar en ayunas a esas gentes aquí conmigo,

sino alimentarles con el pan

que les distribuyas; así, fortificados

con tu alimento, no temerán

desfallecer de hambre. Sé muy

bien que tampoco a nosotros nos

quieres enviar en ayunas... Tú lo

has dicho: no quieres que desfallezcan

por el camino, es decir,

que desfallezcan a lo largo del camino

de esta vida, antes de llegar

al término de la ruta, antes de llegar

al Padre y comprender que tú

vienes del Padre...

El Señor tiene compasión, a fin de que nadie

desfallezca por el camino... Igual que hace

llover sobre justos e injustos, nutre tanto a

los justos como a los injustos. ¿No es, acaso,

gracias a la fuerza del alimento recibido que el

profeta Elías, desfallecido en el camino, pudo

caminar cuarenta días?. Este alimento se lo

dio un ángel; pero a vosotros es el mismo Cristo

quien os alimenta. Si conserváis el alimento

así recibido, seréis capaces de caminar no

cuarenta días y cuarenta noches..., sino durante

cuarenta años, desde la salida de vuestros

confines de Egipto hasta vuestra llegada

a la tierra de la abundancia, la tierra que mana

leche y miel.

Cristo comparte los víveres, y quiere, sin

duda alguna, dar a todos. No rechaza a nadie

sino que provee a todos. Sin embargo, cuando

parte los panes y los da a sus discípulos, si no

tendéis la mano para recibir vuestro alimento,

vais a desfallecer durante el camino... Este

pan que parte Jesús, es el misterio de la palabra

de Dios: cuando se distribuye, aumenta.

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