El "santiagueño" Mariano Mores

Hoy hace cien años que nacía, en el barrio porteño de San Telmo, Mariano Alberto Martínez, el inolvidable Mariano Mores.

El autor de clásicos como "Uno", "Cuartito azul" y "Cafetín de Buenos Aires" siendo niño vivió un corto tiempo en Santiago, precisamente en cercanía de lo que actualmente es la Casa Museo de don Andrés Chazarreta.

Sus padres, Mariano Serviliano Martínez y su esposa María, habitaban, junto con sus siete hijos, en cercanías de la casa de don Andrés, en la calle Mitre al 100.

Don Serviliano era afinador de piano, oficio que le permitió entablar una gran amistad con Andrés Chazarreta. "El Patriarca del Folclore" requería de sus servicios de manera frecuente para afinar su piano.

Además, don Andrés admiraba las condiciones pianísticas del hijo mayor de don Mariano, el pequeño Mariano Martínez.

En esa casa de la calle Mitre, donde vivían los Martínez, Mariano se destacaba en la ejecución del piano. "Sus correrías por ese rincón santiagueño de la calle Mitre, el piano de Chazarreta y su amistad fraterna con los hijos del ‘Maestro’ contemporáneos suyos, habían de grabarse indeleblemente en quien sentía su vida vinculada al piano y los fervores tanguísticos que el mismo Chazarreta también compartiera al componer en esa década del 20 sus tangos El Kakuy, Santiaguito y Runa Uturungo, con melodías criollas adosadas al ritmo porteño", evocaría en uno de sus escritos el profesor Luis Alén Lascano.

Luego, don Mariano dejaría Santiago para establecerse en Buenos Aires, previo paso por España. Antes de partir hacia la Capital Federal, Chazarreta realizó una función en beneficio de su amigo, el arreglador de piano, que se concretó en el entonces cine Renzi. Desde entonces, Mariano Alberto Martínez no había regresado a Santiago. Recién, ya como el gran Mariano Mores, apellido que tomó de su esposa Myrna Mores, lo hizo en el 2008 para ser protagonista de la noche de gala del 455° aniversario de la fundación de Santiago. En aquella oportunidad, ante una pregunta de EL LIBERAL, evocó ese tiempo vivido en la calle Mitre y su amistad, forjada en Buenos Aires, con Homero Manzi.