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EL LIBERAL . Santiago

El hijo de una santiagueña de la que lo separaron al nacer pidió ayuda e inició una intensa búsqueda para encontrarla

27/02/2018 01:22 Santiago
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El hijo de una santiagueña de la que lo separaron al nacer pidió ayuda e inició una intensa búsqueda para encontrarla El hijo de una santiagueña de la que lo separaron al nacer pidió ayuda e inició una intensa búsqueda para encontrarla

Setenta y dos horas. Ese fue todo el tiempo que en sus 36 años de vida, Matías Javier Marzitelli estuvo con su mamá. Desde esos 3 días que estuvo al lado de ella en el sanatorio donde nació, solo porque estaba amarillo de bilirrubina, nunca más la volvió a ver. Nunca supo su nombre. Sólo sabe que era santiagueña, que cuando lo concibió trabajaba en tareas domésticas en la casa de una familia en el barrio porteño de Saavedra y que tenía 14 años. De su padre, también adolescente por aquel entonces, pudo saber que iba a un colegió alemán de la zona. Y no mucho más.

Matías cumplió 36 años la semana pasada. Nació el 21 de febrero de 1982. Es lo que dice su acta de nacimiento. Sus padres son Eva Kalo y Felipe Marzitelli, según los papeles. Pero detrás de lo escrito hay otra historia. Y ese es el velo que desde hace unos meses comenzó a descorrer. Cuando la misma familia con la que vivió toda su vida le confirmó que no eran sus padres biológicos. Desde entonces quiere encontrar a su mamá santiagueña, a su mamá verdadera. Sin cuestionamientos ni juicios hacia quienes lo acogieron ni hacia aquella niña mujer que lo concibió y decidió avanzar en su embarazo hasta dar a luz.

“Mamá - papá: si estás leyendo esto: ¡no te juzgo! Sólo quiero conocerte”, señaló en una carta que publicó en su cuenta de Facebook. “Quiero saber mis orígenes, tener una identidad plena y saber quiénes son mis papás biológicos. Tengo una hija y un hijo y me parece que mi identidad también les incumbe a ellos, así que lo hago por mí, pero también por mis hijos”, señaló Matías a EL LIBERAL desde Bariloche, donde trabaja en su profesión de abogado y donde vive con su esposa y sus dos hijos, la familia que supo formar.

La historia

“Hace un año y medio me enteré que soy adoptado. Mis papás adoptivos son Eva Kalo y Felipe Marzitelli”, indicó Matías quien ya unos años atrás había comenzado a sospechar de la maternidad de Eva, a quien llama como su madre adoptiva. “No había fotos de cuando ella estaba embarazada. Le hice algunas preguntas sobre su embarazo y una vez me dijo una cosa, otra vez otra. En julio de 2016 me confirmó que era adoptado”, señaló.

Desde entonces, comenzó la búsqueda de su mamá biológica. A intentar armar un rompecabezas al que le faltan piezas, pero que él confía en encontrar.

“La historia que me contaron es que habría nacido el 21/2/1982, en el hospital Sirio Libanés de Buenos Aires. Mi mamá biológica al momento de mi nacimiento tendría entre 14 y 16 años. Era de Santiago del Estero. Nadie recuerda su nombre. Ella trabajaba limpiando la casa de sus tutores legales: Rosa y Juan (nadie recuerda sus apellidos), en el barrio de Saavedra”, comentó Matías.

Agregó que “nací en el hospital Sirio Libanés en Buenos Aires, pero salí con partida de nacimiento como si fuera hijo de mis papás adoptivos, como si ellos fueran mis padres biológicos cuando en realidad eso no es así. Esa partida de nacimiento fue adulterada, es falsa”, afirmó. Recordó en este sentido que su padre, ya fallecido, era amigo de un médico de aquel nosocomio.

“Uno de los médicos que trabajaba allí (no sé si no era el director médico) Angel Ton, era amigo de mi familia adoptiva. Por eso consiguieron falsear mi partida de nacimiento”, destacó.

En su búsqueda, Matías indagó que hubo una mujer que fue la que hizo de “puente” entre su madre biológica y sus padres adoptivos y cómo fue que hicieron contacto con aquella adolescente que había quedado embarazada.

“La señora Noemí Vecchi fue quien hizo de nexo. Ella era la vecina de Rosa y Juan y, a su vez, era la hermana del compañero de trabajo de mi papá, Nelson Vecchi”, que fue quien le contó que “había una chica que estaba embarazada y que no se lo quería sacar. Mis papás adoptivos no podían tener hijos pese a muchos tratamientos que hicieron. Yo soy el único hijo de mis papás adoptivos”, indicó.

De acuerdo con el relato del joven, “aparentemente cuando quedó embarazada mi mamá biológica, su familia de Santiago del Estero tenía mucha resistencia, aunque no sé si alguna vez lo supieron. Pero es como que la convencieron que era muy chica para tenerme y le dijeron que me diera en adopción. Que no se hiciera cargo de mí, cosa que lo entiendo por la edad. Era muy chiquita. Hoy mismo un nene de 14 años es muy chico para tener un hijo”.

Sin nombres ni apellidos

Según contó “Noemí Vecchi me confirmó que el día que yo nací ella estuvo presente y la conoció a mi mamá biológica. Lo primero que le pregunté era si se acordaba el nombre y me dijo que no. No recordaba el nombre de ella”.

Agregó que “quienes visitaron a mi mamá biológica durante todos los meses del embarazo y me fueron a buscar al hospital Sirio Libanés fueron el hermano de mi mamá adoptiva, Ricardo Kalo, y su esposa, Marta Silvestre”.

“Nadie –amplió- en mi familia adoptiva se acuerda el nombre. Mis tíos me fueron a buscar al hospital y según lo que me contó mi tía yo estuve internado 3 días en el Sirio Libanés porque tuve alta la bilirrubina. Estaba amarillo, entonces en esos tres días, mi tía iba a verme al hospital, o sea que esos días yo estuve con mi mamá biológica. Pero, tampoco ella se acordaba el nombre”.

Hasta ahora, cada vez que Matías intentó avanzar en la búsqueda de la identidad de su madre los esfuerzos fueron infructuosos. “Cuando mi mamá adoptiva me confirmó que no era hijo suyo, me puso en contacto con una enfermera de aquella época para ver de buscar en el libro de actas o de internación. Pero cuando la llamé me dijo que no había registros porque se habían perdido en una inundación”. No conforme con ese dato, Matías llamó al Sirio Libanés para saber si había sucedido esa situación: “Me dijeron que no, que no había pasado nada”, señaló.

A ello se agregó que su padre adoptivo, que falleció hace 7 años, tenía una copia del acta original de nacimiento de Cristian, pero la había roto, según le comentó su madre adoptiva.

Sin culpas, solo su verdad

Consultado sobre si al conocer esta situación no podría derivar en problemas judiciales para su familia adoptiva, señaló que “la verdad lo pensé. Soy abogado, pero nadie va a terminar preso porque de los que estuvieron mi papá falleció, mi tío falleció y tanto mi mamá como mi tía son personas grandes y tampoco es esa mi intención. En realidad, éste es un caso de delito no de acción pública sino de instancia privada y lo tendría que activar yo. Si fuese de lesa humanidad ahí sí tendría que actuar el Estado. No obstante, yo me hice el ADN con Conadi por la fecha, pero me salió negativo”, destacó.

Para Matías, la búsqueda que emprendió no intenta echar culpas a nadie. Sólo quiere conocer su verdad.

“Ahora mi mamá biológica tendría unos 50 años. Es una mujer joven. También sé que tal vez quizá formó su familia y tal vez tiene otros hijos. También soy realista que puede generar resistencias incluso en ella. Sé que no es fácil, pero sé que es un camino que tengo que recorrer. No sólo por mí sino por mis hijos. Tengo una hija y un hijo y me parece que también mi identidad también les incumbe a ellos así que lo hago por mí, pero también por mis hijos”, finalizó.


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