Juan Carlos Saravia: "En Santiago se respira tradición e identidad pura"

Por Emilio Marcelo Jozami

mjozami@elliberal.com.ar

Juan Carlos Saravia es un hombre de una ineludible simpatía. Si bien su vida como cantor concluyó a la par de la despedida de los escenarios (voluntaria) de Los Chalchaleros, no por ello dejó de ser una figura pública. Estuvo en Santiago invitado para el tributo a “Vitillo” ábalos en la Casa ArgaÑaraz Alcorta y habló con EL LIBERAL.

Los Chalchaleros marcaron un rumbo que, luego, fue transitado por generaciones de folcloristas.

Nos sentimos felices de haber abierto un camino en el canto nativo. Hemos cantado 54 aÑos y hace 10 que hemos dejado de hacerlo; o sea, son 64 aÑos y Los Hermanos ábalos ya nos llevaban 10 aÑos. La maravilla que tiene la música nativa es haber contado y que haya nacido en Santiago del Estero un grupo tan importante como Los Hermanos ábalos. Cantaron junto cinco hermanos por su amor a la música.

Muchos definen a Santiago del Estero como una provincia musical. ¿Cuál es su punto de vista?

Yo le contaba a “Vitillo” y a Robertito ábalos (hijo de Roberto ábalos y padre del actor “Coraje” Abalos) que venir a Santiago del Estero es como ingresar en una burbuja de recuerdos y de placer. Yo me siento honrado de estar en Santiago del Estero porque es la provincia atípica de nuestro país: aquí se respira música, se habla melodiosamente y se habla muy bien nuestro idioma. Santiago del Estero tiene una riqueza inmensa en la tradición y en la cultura. Ha dado al país a grandes hombres, como Andrés Chazarreta y Julio Argentino Jerez, como también a poetas, escritores, músicos y actores siempre interesados en promocionar y difundir la identidad de su pueblo. En Santiago del Estero se respira tradición y aÑoranza.

El canto nativo, a través de la historia, ha sido discriminado. Andrés Chazarreta lo sufrió. ¿Cómo ve el panorama actual?

Para sobresalir, como Los Hermanos ábalos, nosotros, Los Fronterizos, Los Cantores del Alba o tantos otros folcloristas, sí o sí, se tienen que ir a Buenos Aires. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo porque allí está todo. Además, a través de la televisión, nos enseÑan a hablar de otra manera. Pero no pierdo las esperanzas de que el folclore siga reverdeciendo, fortaleciéndose y expandiéndose para que de esta manera nuestra idiosincrasia e idendidad siga viva siempre. Tampoco olvidemos que el país se agrandó con las corrientes inmigratorias que vinieron.

¿Qué aportes hicieron esas corrientes inmigratorias al folclore argentino?

Mucho, desde la ropa hasta los instrumentos. La ropa que usábamos Los Chalchaleros era de origen moro, desde las bombachas hasta las botas. Hemos recibido también un gran legado en lo musical y cultural, que todo ha contribuido para enriquecer lo nuestro. Las grandes colectividades han hecho un gran aporte al folclore argentino. Nos dejaron mucha sabiduría.

Nuevas formas

Siempre han sido centro de las más acaloradas discusiones las nuevas formas de interpretar el folclore. ¿Le satisface a usted?

Mucho no pero las respeto porque, a pesar de todo, se hacen grandes esfuerzos para difundir nuestro canto popular. Los chicos, hoy en día, van a bailar pero no bailan entre dos sino que bailan en el montón y hacen gimnasia, con un ruido infernal que va en contra de la salud auditiva. Se debe intensificar la enseÑanza de nuestro folclore a través de todos los medios. Esto es importante. También se debe enseÑar nuestra historia. Yo creía que el tiempo pasaba más rápido cuando uno se iba haciendo más jovato, pero hoy le pasa más rápido a los chicos también porque entre tantas actividades que desarrollan se les acaba el tiempo.

¿Debería existir más programas de folclore en la TV argentina?

Hay muy pocos. Lo demás, es música extranjera. Le dan un poquito de importancia en este programa del Cantando o el SoÑando. Pero, insisto, para poder triunfar y hacer conocer nuestro canto hay que ir a Buenos Aires. Santiago del Estero me conmociona porque aquí se respira tradición e identidad.

¿Qué sentido le atribuye a la gigantografía que pusieron de ustedes en el ingreso de Salta?

Le atribuyo un sentido maravilloso que se pudiera hacer en todas las provincias. Esta vez nos tocó a nosotros. Me encantaría ingresar a Santiago del Estero y encontrar que haya una que recuerde a don Andrés Chazarreta, al “Zoco” y al “Cachilo” Díaz, a Carlos Carabajal y a Los Hermanos ábalos. Hay que reconocer a los maestros. Hay que hacerlo porque sino los chicos no se interesan por conocer la historia de estos grandes hacedores. Yo me emocioné mucho con la enorme plaqueta con la que nos distinguieron. Es bueno que cada provincia tenga este tipo de monumentos.

Bien dicen que es necesario recordar a los maestros para fortalecer el presente del folclore.

Nosotros, cuando nos iniciamos, lo hicimos por la devoción que teníamos por Los Hermanos ábalos y al Dúo Martínez-Ledesma. Víctor Ledesma siempre decía si cómo han hecho para juntarse un tucumano y un santiagueÑo. El “Ñato” Martínez era tucumano. Y el Dúo Martínez Ledesma ha sido uno de los dúos maravillosos que ha dado la Argentina.