Laurita ya pasó la prueba de fuego en el musical "Sugar"

Finalmente, Laurita Fernández debutó en el musical "Sugar", en reemplazo de Griselda Siciliani, y por los comentarios de sus compañeros, no lo hizo nada mal. Federico D’Elía, su partenaire en el escenario, le puso un 7, pero aclaró que le da ese puntaje porque sabe que la bailarina irá por el 10.

"Estuvo genial, divina, increíblemente bien. Estábamos todos muy contentos porque hizo un laburo muy difícil, retuvo mucha información, muchas cosas. Es Sugar, que ya era un éxito, y venía como venía. Ella es una máquina de laburar, laburó mucho, y también laburó mucho sola. Estamos felices", aseguró en un audio que envió a "Nosotros a la Mañana", según lo reflejó Ciudad.com.

En las fotos que compartieron los distintos portales se le vio feliz sobre el escenario, aplaudida por el director de la obra, Arturo Puig; por sus familiares, que la acompañaron en el estreno, y por su novio, Federico Bal, quien no quiso perderse el debut protagónico de Laurita.

"Cantas, bailas y actúas. Todo lo hacés tan lindo y con tanta pasión. Pero vos naciste para deslumbrar. Luchaste y te esforzaste por llegar a donde estás. Hoy me explota el pecho de orgullo. Sos mi artista preferida. Sos lo más lindo del mundo. Te admiro, te amo", le escribió Fede en Twitter.

En la noche estelar de Laurita Fernández en el Lola Membrives, hubo dos figuras a las que se extrañó entre el público. Una es Susana Giménez, productora del espectáculo, quien está de viaje junto a Marley por Nueva York para lo que será el regreso del programa "Por el mundo" a Telefé; y la otra, Carmen Barbieri, la suegra de la bailarina, sobre cuya ausencia, Fede explicó: "Mi madre no estaba invitada, porque en realidad Laura invitó a muy poca gente. Más adelante seguro que vendrá".

Para Laurita Fernández su debut como protagonista de "Sugar" junto a Federico D’Elía y Nicolás Cabré es "un sueño cumplido".

Y no es para menos. La eligieron para ponerse en la piel de un personaje con el que la propia Susana Giménez brilló en 1986, junto a Ricardo Darín y Arturo Puig; y con el que Griselsa Siciliani replicó aquel éxito.