El tsunami cerebral El tsunami cerebral
A lo largo de los
tiempos y las investigaciones
sobre
nuestro cerebro,
me ha llevado
al estudio constante dentro
de una perspectiva neuropsicológica,
sobre sus funciones y
sobre lo que se mueve y se produce
en cada situación funcional
cerebral como los pensamientos,
las conductas y comportamientos,
nuestro control
de impulsos, nuestras funciones
ejecutivas, nuestra cognición
para la interpretación y
comprensión de las cosas que
tenemos en nuestras vidas cotidianas
y lógicamente nuestras
emociones que de alguna
manera nos permite pensar en
la unión de nuestro cerebro con
nuestro corazón e infinidad de
funciones que no podría nombrarlas
a todas por cuestión de
espacios y tiempos.
Siempre el estudio de nuestro
cerebro se proyectó a la
evolución de sus funciones y a
lo que se podía lograr con un tipo
de cerebro evaluado de una
forma profunda con aquel que
había sido evaluado por alguna
disfuncionalidad por ser protagonista
de un mal desarrollo,
retrasos madurativos, por
accidentes cerebrovasculares
(ACV), por accidentes de tránsito
que por fuertes golpes nos
provocan un traumatismo encefalocraneano
(TEC), o simplemente
por un cerebro avejentado
y moribundo por una
avanzada edad.
Es aquí donde me quiero detener
porque la misión que tengo
para transmitirle en esta nota,
es el conocimiento que deseo
para el lector sobre la muerte
cerebral, cómo se va apagando
como órgano “todopoderoso”
y cómo sus funciones lentamente
van quedando sin sus
conexiones neuronales a través
de sus electrodos permitiendo
ya la deficiencia sináptica o
unión de nuestras neuronas, o
sea, una necrosis; y podría ponerme
un poco en el lugar del
“morboso investigador” de este
escrito para mis lectores para
aportar sobre decididamente lo
que ocurre con nuestro cerebro
cuando nuestra vida se apaga,
cuando morimos; allí es donde
va focalizado el objetivo de
lo que también debemos conocer
tanto en sus funciones, en
sus investigaciones como en la
muerte misma, qué pasa con el
cerebro cuando nos morimos,
no es un tema que al común de
las personas lo conozcan, pero
es necesario el conocimiento
científico de cómo se produce
nuestra muerte cerebral luego
de la corpórea, sin extenderme
mucho más, estamos hablando
de lo que unos investigadores y
grandes profesionales le llamaron
“tsunami cerebral”.
AVANCES
Un equipo de neurólogos
y
neuropsicólogos
del Hospital Charité Universitätsmedizin
Berlín (Alemania)
y la Universidad
de Cincinnati
(Estados Unidos)
ha logrado uno de
los mayores avances
del año en materia
neurológica,
médica y neuropsicológica.
El cerebro,
justo antes de
morir, genera una
ola de ac t ividad
eléctrica, fenómeno
al que han bautizado
como “tsunami
cerebral”. Una vez
pasado el temporal,
la muerte es irreversible.
No obstante, este
estudio pionero cuyo
título es “Despolarización
de la difusión
terminal y el silencio
eléctrico en la
muerte de la corteza
cerebral humana”,
supone un doble hallazgo.
Por un lado, el
de que la conciencia
puede seguir estando
activa minutos
después de que el
resto del cuerpo haya
dejado de estarlo.
Por otro lado, que
este retardo aumenta
la probabilidad de
que durante esos pocos
minutos de conciencia
activa-cuerpo
inactivo, el proceso
de muerte cerebral
pueda llegar a
revertirse.
LA MUESTRA
DE PACIENTES
El equipo de neurólogos,
médicos y
neuropsicólogos alemanes
y norteamericanos
tomó como
muestra a 9 pacientes,
procedentes de
Alemania (Berlín) y
Estados Unidos (Cincinnati
y Ohio). Todos
ellos presentaban lesiones
cerebrales irreversibles
debido a que
habían sufrido accidentes
cerebro vasculares
(ACV), accidentes
de tráfico, ictus o
paros cardíacos.
Por eso, los neurólogos
y médicos e investigadores
tenían
como orden no resucitarlos.
Para ello, tuvieron
que solicitar
previamente el consentimiento
informado
de los parientes de
estos pacientes para
que no se les reanimara
en caso de necesitarlo.