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EL LIBERAL . Santiago

Cómo estudiaron el tsunami cerebral

21/04/2018 22:03 Santiago
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Cómo estudiaron el tsunami cerebral Cómo estudiaron el tsunami cerebral

Para estudiar la actividad eléctrica de

este órgano pusieron electrodos sobre la

superficie cerebral. Su principal objetivo

era descubrir los mecanismos que intervenían

en esa muerte cerebral. También

conocer los eventos neuronales que tenían

lugar durante esos instantes.

Y lo han conseguido. Han observado

en directo el llamado “tsunami cerebral”,

una ola de descargas eléctricas que recorre

toda la corteza cerebral y que provoca

en estos daños irreparables. Ese instante

es el principio del fin de las células cerebrales.

Es el momento en que se apagan,

marcando su muerte irreversible.

Conciencia sin latido

Este tsunami cerebral ocurre incluso 5

minutos después de que el corazón haya

dejado de latir. Sin pulsaciones cardíacas,

por tanto, las neuronas pueden seguir

funcionando. Así, tras el paro circulatorio,

se produce una paulatina pérdida de

potencial electroquímico en las neuronas.

Un fenómeno que se conoce como despolarización

neuronal.

¿Por qué? Porque las neuronas necesitan

oxígeno para poder funcionar adecuadamente.

Cuando dejan de recibir este

combustible, fruto de la mengua de circulación

cerebral, se nutren de reservas

energéticas. Así, se mantienen con vida

unos minutos, antes de apagarse completamente.

“Después de que se detiene la circulación,

la expansión de la despolarización

marca la pérdida de energía electroquímica

almacenada en las neuronas y la

aparición de procesos tóxicos que, eventualmente,

conducen a la muerte”.

Jens Dreier

La disminución paulatina de potencial

desencadena una serie de procesos tóxicos

que, eventualmente, provocan la necrosis

y posterior muerte celular. No obstante,

como sostiene el autor principal del

estudio, el doctor en neurología y neuropsicología

Jens Dreier expresa que cuando

se restablece la circulación sanguínea, este

proceso puede revertirse.

Por tanto, los expertos concluyen que

existe una similitud entre la muerte cerebral

de los animales y la de los humanos.

Ya se sabía que en animales, después de

pasar 30 segundos sin oxígeno, el cerebro

comienza un proceso de ahorro de energía,

volviéndose inactivo y deteniendo la

comunicación entre neuronas. Esta pérdida

de energía se extiende, en forma de

ola masiva, a través de la corteza y otras

partes del cerebro, originando el envenenamiento

sistemático de las células nerviosas.

Este daño es irreversible, ya que

los efectos neuronales no se pueden recuperar.

Además, sostienen que existe un

período en el que la restauración del

funcionamiento cerebral es posible,

hipotéticamente.

La relevancia

de su

descubrimiento

El cerebro sigue siendo uno de los

órganos humanos de los que menos

conocimiento se tiene. Por eso, junto

a los grandes avances que se han llevado

a cabo en las últimas décadas,

gracias sobre todo a las técnicas de

neuroimágenes, este hallazgo puede

“conducir a la mejora en un futuro de

procedimientos de diagnóstico y tratamiento”,

según aseguró el propio líder

de la investigación.

La muerte cerebral es “el cese irreversible

de todas las funciones cerebrales”,

según el Sistema de Salud de

la Universidad de Miami, de Estados

Unidos. No obstante, en la actualidad

los científicos no saben con certeza

cuál es el método de diagnóstico de

la misma. Además, no se sabe el momento

exacto en que se pierde la capacidad

de conciencia.

Según explicaron los propios investigadores

en Alemania, este descubrimiento

tiene como objetivo buscar

nuevas estrategias médicas para extender

la sobrevivencia de las células

nerviosas cuando se frena la circulación

cerebral.

Obtener datos relevantes sobre un

“punto de inflexión” antes que se produzca

el daño cerebral irreparable

también podría ayudar a salvar vidas

de personas con condiciones complejas,

tras derrames o lesiones de consideración.

Por lo tanto, este descubrimiento

podría ayudar a reanimar a personas

con serio riesgo cerebral, evitar muertes

por isquemia cerebral (daño en la

circulación) u otros accidentes cardiovasculares,

aunque aún queda mucha

experimentación por adelante.

En este sentido, esta investigación

supone un avance, también para desarrollar

estrategias contra el paro

cardíaco y los accidentes cerebrovasculares

(ACV). Los resultados de esta

investigación pionera proporcionan

datos asombrosos sobre la neurobiología

de la muerte y son muy esperanzadores.

¿Se puede salvar de la muerte

cerebral a una persona que ha sufrido

un paro cardíaco? Las investigaciones

nos llevan a la esperanza que

puede ser irreversible.

Lo que debes saber
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