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EL LIBERAL . Padre Koffi Gilbert

Tu fe te ha salvado

05/05/2018 22:58 Padre Koffi Gilbert
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Tu fe te ha salvado Tu fe te ha salvado

Hoy quiero hablar de la

fe que salva, la fe que

sana, la fe que libera.

En los evangelios,

hay muchos textos que hablan de

este tema. Y la fe mueve montañas,

como dicen. Y dicen también

‘si tuvieras fe como un granito de

mostaza’. Cuando creemos de corazón

en su palabra, recibimos esa

gracia de Dios y esa paz.

También en Lucas 17 11-19, están

todos los milagros que Dios ha

hecho: los ciegos recobran vista;

los cojos andan; los leprosos quedan

limpios; los muertos resucitan.

Hay que evitar todo los espectáculos

que Dios no quiere. Cuántas

veces queremos ver cosas extraordinarias.

Jesús vino a traer la salvación,

no le gusta el espectáculo,

por eso habla de la discreción y de

una manera sencilla, para que la

gente no se confunda con magia,

curanderismo y todas esas cosas

que hay.

El encuentro entre la persona

que necesita y la fe del que pide,

es muy importante, y la fe hace

moverse hacia el encuentro con

la persona que es Cristo. Entonces

hay necesidad en el ser humano,

por eso va al encuentro de ese Dios

que nos ama. En muchos casos

hay necesidad de acercar a Cristo,

basta con tocar su manto cuando

hay presencia de dolor. La señora

que perdía sangre quería tocar el

manto de Jesús para curarse.

Hay cristianos, hoy y como

siempre, también en la época de

Jesús, que quieren ver milagros,

lo que es extraordinario, excepcional.

No han comprendido que

la fe es lo que provoca el milagro.

Cuando decimos que el milagro no

cae del cielo, sino que sucede con

la colaboración de la persona que

lo pide, no al revés.

Eso es lo que nos piden a nosotros

hoy, una bendición nada más,

y no es así. La presencia de Dios, el

encuentro con Cristo, nos da la posibilidad

a todos nosotros para que

podamos recibir la gracia de Dios,

es la obra de la gracia de Dios el resultado

de lo que decimos milagro.

También tenemos libertad, no debemos

pensar que Dios nos obliga

a ir, a estar o a movernos al encuentro

con él. Hay libertad, hay

que elegir, hay que ir con confianza.

En muchas de sus curaciones,

Jesús dice siempre “tu fe te ha curado;

tu fe te ha salvado, vete en

paz”. Cristo no quiere quedar únicamente

en la sanación ni tampoco

en la liberación, quiere que

la persona pueda vivir en paz, vivir

con tranquilidad, y reconocer

a través de esas curaciones y sanaciones,

a través de la salvación,

reconocer que Jesús es el Mesías.

Cada milagro de Jesús proclama

que es fuente de vida, de salud, de

esperanza y liberación para todas

las personas. El Señor siempre está

cerca, no está lejos, está con nosotros,

es nuestra alegría, no hay

decepción, no hay preocupación

mayor, hay que ir, nadie nos puede

impedir acercarnos a Cristo. él está

en la puerta y quiere entrar para

darnos a nosotros esa oportunidad.

C

risto Jesús vino para todos,

y en especial para los que sufren.

“Vengan a mí los que están afligidos

y agobiados, y yo los aliviaré”

(Mateo 11-28).

Después de recibir la gracia

de Dios, de ver los frutos de la

obra de esa gracia de Dios, no debemos

quedar sin agradecer; no

hacer como los leprosos que han

recibido la sanación y han olvidado.

Y cuántas veces olvidamos

hoy que Dios ha obrado en nuestro

favor.

Hoy vamos a acercarnos más

a ese Jesús para aliviarnos; para

que nos dé lo que necesitamos,

por nuestras vidas, y no solo para

aumentar nuestra fe, sino para

actuar con fe, para ir a él con fe y

con confianza. El salmo 46 nos da

la oportunidad de ver cómo son las

cosas. Ese salmo nos da la posibilidad

de agradecer y de vivir con

confianza. Dios es nuestro refugio

y fortaleza, el socorro siempre

a mano en momentos de angustia,

por eso, si hay temblor temeremos

o si al fondo del mar caen los montes,

el Señor está con nosotros, es

nuestro baluarte, el Dios de Jacob.

El Señor está con nosotros y siempre

está a nuestro favor, lo que

quiere decir que está para darnos

la fuerza y esa gracia.

El Señor nos ayuda siempre para

que podamos decir “si” y cumplir

su voluntad, como ha hecho

nuestra Madre. Siempre que nosotros

nos acercamos sin prejuicios

o sin dudas o sin preguntas,

realmente Jesús va a sanarme, Jesús

va a liberarme, va a escuchar

mi oración. Cristo nos ayuda a todos

para que en todos lados, en todos

momentos, en todas circunstancias,

en toda situación, no perdamos

la fe.

“Tu fe te ha salvado, vete en

paz”. Amén.

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