Una multitud participó de la peregrinación hacia la Cruz de Matará

MATARá, Juan Felipe Ibarra (por corresponsalía de Añatuya) Pese a los inconvenientes climáticos, se realizó con una gran demostración de fe la peregrinación juvenil y festividad de la Cruz Catequística de Matará, celebración religiosa que reúne a jóvenes peregrinos de distintas localidades.

Los peregrinos partieron el viernes por la noche desde Añatuya, Vilelas, Suncho Corral y Quimilí, y se sumaron jóvenes de Campo Gallo, Pinto, La Banda, capital, Monte Quemado, Los Pirpintos, Donadeu, Tintina, Los Juríes, Bandera y Tacañitas.

Las actividades se desarrollaron todo el fin de semana y finalizaron ayer con la misa de clausura encabezada por el obispo de la Diócesis de Añatuya, monseñor José Melitón Chávez, y concelebrada por los sacerdotes Enrique álvarez, párroco de Matará, José Vera, asesor de Pastoral Juvenil, Gustavo Lombardo de Suncho Corral, Rubén Lassaga, rector del Santuario de Mailín y Lázaro Leiva, de San Pedro de Guasayán.

Mensaje

"Es una inmensa alegría encontrarnos aquí nuevamente en la Cruz de Matará. Encontrarnos como hermanos, y con los jóvenes que son el motor de la peregrinación y de esta celebración, y que se van sumando a las familias de distintos pueblos", dijo el obispo Chávez.

El prelado agradeció a los sacerdotes que acompañaron, y a los jóvenes de las distintas localidades e hizo hincapié en las familias de esta localidad que recibe a los peregrinos todos los años.

Refiriéndose a los jóvenes, el obispo añadió: "Los protagonistas son ustedes. Cada vez se va haciendo más amplia esta convocatoria. Jesús va provocando en nuestra vida el deseo del encuentro con él. Jesús es el que atrae y convoca como en aquellos tiempos cuando pisaba estas tierras. él con sus palabras, sus gestos, su forma de amar y con su compasión, generaba en la gente un deseo muy ferviente de seguirlos; los cautivaba con su mirada y su enseñanza porque era y es el rostro del amor misericordioso de nuestro padre, y provoca en nosotros un deseo del encuentro con él".

Y recordó: "En aquel tiempo se movilizaba la gente de un pueblo a otro para encontrarse con él, hoy también se da esa movilización. ése es el sentido que tiene una peregrinación. Desafiando distancias, mal tiempo y otros tantos obstáculos, y confiando en la bondad de Dios y de la Virgen".

"No lo hemos hecho aisladamente. La mayoría vinieron en grupo, cuidándose entre sí, aprendiendo a ser pacientes, descubriendo nuevamente que cada uno tiene su ritmo y que cada uno tiene sus aspiraciones, sus formas y modos de vivir y de convivir".

Finalmente expresó: "Venimos aprendiendo a ser pueblo de Dios. Gracias a Jesucristo nuestro Señor, somos discípulos de él, pero a la vez somos pueblo de Dios. Por eso en una peregrinación no solamente venimos a cumplir, sino que venimos a aprender todos. Aprender a ser discípulos de Cristo respetando su palabra y su mandamiento: aprender a caminar juntos".