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EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Juan 16,20-23a.

10/05/2018 23:20 El Evangelio
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Evangelio según San Juan 16,20-23a. Evangelio según San Juan 16,20-23a.

En aquel tiempo, Jesús

dijo a sus discípulos:

“Les aseguro que us -

tedes van a llorar y se van

a lamentar; el mundo, en

cambio, se alegrará. Ustedes

estarán tristes, pero

esa tristeza se convertirá

en gozo”.

La mujer, cuando va a

dar a luz, siente angustia

porque le llegó la hora; pero

cuando nace el niño, se olvida

de su dolor, por la alegría

que siente al ver que ha

venido un hombre al mundo.

También ustedes ahora

están tristes, pero yo los

volveré a ver, y tendrán una

alegría que nadie les podrá

quitar.

Aquel día no me harán

más preguntas.”

Comentario

De s p u é s d e h a c e r l a

comparación (de la mujer

que va a dar a luz) a la tristeza

de los apóstoles, el Señor

la aplica al futuro gozo

que tendrán.

Le s p rome t e p r ime r o

que lo verán, cuando les dice:

“pero de nuevo me verán”.

Sin emba rgo no di c e :

“me verán”, sino “los veré”,

pues el hecho de mostrarse

a sí mismo proviene de

su misericordia, expresada

por su mirada. Jesús dice

entonces: “Pero volveré a

verlos”, al resucitar y en la

gloria futura: “Tus ojos contemplarán

un rey en su belleza,

verán una tierra dilatada”

(Is 33:17).

Les promete después la

alegría del corazón y el júbilo:

“y se alegrará su corazón”,

es decir al verme en la

Resurrección.

La Igles ia canta también:

“¡Este es el día que ha

hecho el Señor, gocemos

y alegrémonos en él!” (Sal

117:24). “Y se alegrará su

corazón” igualmente por la

visión de la gloria.

“Me l l e n a r á s de goz o

delante de tu rostro” (Sal

15:11). En efecto, para todo

ser es natural encontrar la

alegría en la contemplación

de la realidad amada.

Sin embargo, nadie puede

ver la esencia divina sin

amarla.

E n t o n c e s l a a l e g r í a

acompaña necesariamente

a esta visión: Ustedes “lo

verán”, conociéndolo por la

inteligencia, “y se alegrará

su corazón” (Is 60:5); y esta

alegría misma brotará hasta

sobre el cuerpo, cuando

éste sea glorificado; también

Isaías hilvana diciendo:

“sus huesos retoñarán”

(Is 66:14). “Entra en la alegría

de tu Señor” (Mt 25:21).

Finalmente el Señor promete

una alegría que durará

siempre, cuando dice: “y su

alegría”, la que tendrán por

causa mía en la Resurrección

- “Salto de alegría delante

del Señor, y mi alma se

alegra en mi Dios” (Is 61:10)

- “nadie se las quitará” pues

“Cristo, una vez resucitado

de entre los muer tos,

ya no muere más; la muerte

no tiene poder sobre él”

(Rm 6:9).

Es más, “su alegría”, la

alegría de gozar la gloria,

“nadie se las quitará” pues

no se puede perder y porque

es perpetua - “habrá

alegría eterna sobre sus cabezas”

(Is 35:10).

En efecto, esta alegría

nadie podrá quitársela a sí

mismo por el pecado, pues

allá, la voluntad de cada

uno estará confirmada en

el bien; y nadie tampoco le

quitará esta alegría a otro,

pues no habrá allá ninguna

violencia y nadie dañará a

nadie.

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