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EL LIBERAL . Santiago

Las conmovedoras historias de dos santiagueños, mostradas como ejemplo en el Día del Padre

18/06/2018 00:00 Santiago
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Las conmovedoras historias de dos santiagueños, mostradas como ejemplo en el Día del Padre Las conmovedoras historias de dos santiagueños, mostradas como ejemplo en el Día del Padre

Dos santiagueños se convirtieron ayer en protagonistas del Día del Padre a nivel nacional, al revelar sus historias de vida a través de importantes medios de comunicación.

Carlos Chapero y Pablo Tellería son los santiagueños unidos además de la procedencia, por una experiencia de vida que los llevó a ser papás “todoterreno”, y cumplir orgullosos con los roles de padre y madre. Ambos quedaron viudos, y sus historias realmente son dignas de conocerse.

Carlos Chapero

Uno de ellos es Carlos Chapero, quien contó en una publicación de Infobae.com, que es oriundo del “campo” santiagueño y que en 1955 le diagnosticaron poliomielitis cuando tenía tres años. “Me acuerdo patente. Estaba jugando a la pelota debajo de un algarrobo y empecé a renguear. Me paraba y me caía. Después empezaron los vómitos”, recordó.

Fue por ello que lo trasladaron a Buenos Aires para hacer rehabilitación en el ex Casa Cuna. Lo operaron 11 veces antes de empezar la adolescencia, pero sus piernas nunca volvieron a estar bien. Agradece haber sobrevivido pues comentó que “en el campo, donde vivía, nos enfermamos dos. El otro murió”.

Ya grande, mientras iba a rehabilitación en un instituto de Buenos Aires, conoció a Mónica, que había quedado parapléjica tras recibir un disparo en un robo. Quisieron adoptar un bebé, pero recibieron crueles respuestas, hasta que por fin se dio la posibilidad y pudieron adoptar a una nena, que hoy es el centro de su vida.

Carlos, que hoy tiene 66 años, era vendedor ambulante en los semáforos y se casó con Mónica, que quedó embarazada, pero finalmente los perdió por su condición de salud. Entonces comenzaron a gestionar la adopción. “Yo primero era un poco machista. Decía ‘no’, si no es un hijo mío, no. Después, pensé: ‘Yo quiero ser papá, dar amor. Quizá haya algún chico que lo necesite. Y apareció el amor de mi vida”, aludiendo a Belén, que ahora tiene 24 años.

La vida siguió siendo dura para Carlos. Primero le confirmaron que Belén padecía retraso madurativo. Eso fortaleció más sus deseos de tenerla. Luego murió Mónica, su mujer, y tuvo que encarar todo solo.

Mónica murió cuando Belén tenía 16 años. “Me acuerdo que ya estaba muy mal y me dijo: ‘Carlos, tenés que saber cuándo le viene la menstruación, anotá todo’. Yo no sabía lo que era un ginecólogo, y al principio dije: ‘no voy a poder’. Me tendrías que ver ahora. Voy a la lencería y le compro los corpiños; voy a la perfumería cuando quiere unas pinturitas para las uñas”. Para hacer las tareas domésticas, Carlos recuerda cómo se las arreglaba su mujer cuando él sólo se ocupaba de ser el proveedor de la familia, cuenta el santiagueño en la nota. Antes que muriera su esposa, Carlos utilizó sus ahorros para comprar un taxi, adaptarlo, y comenzar a trabajar, hasta el día de hoy.

“Me siento en la silla de ruedas, agarro el lampazo y limpio todo. También le enseño, para que sea independiente. Hacemos juntos el relleno de las empanadas y le compré un aparatito para que pueda cerrarlas porque le cuestan los movimientos finos. Al principio creía que ser buen padre era que no le faltara nada; ahora pienso que ser buen padre es no tenerla en una cajita. Cuando me dice ‘no puedo’, le contesto ‘vas a ver que sí podés’”, contó Carlos sobre cómo es su vida hoy con Belén.

Llevó a su hija a conocer Disney y le regaló un perrito Caniche, “para que aprendiera a ser responsable. Y ella aprendió a cuidarlo”.

“Yo estoy 10 horas por día arriba del taxi, pero corto un rato al mediodía y vuelvo a casa a ver si está todo bien. Después va a la escuela sola. Me cuesta dejarla, pero tengo 66 años y creo que lo mejor que puedo hacer por ella es enseñarle a salir adelante, como me tocó a mí”, cerró la nota.

Pablo Tellería

La otra historia la publicó en su edición de ayer El Diario, de Villa Carlos Paz, y es la de Pablo Tellería, nacido en Santiago del Estero y radicado hace 20 años en la villa turística de la provincia de Córdoba.

Pablo es viudo y papá de cuatro hijos. Se casó con Belén Bonanzea, quien falleció hace tres años y medio tras luchar contra una dura enfermedad. Sus hijos son Antonella (20 años), Micaela (19 años), Matías (17 años) y Lucas (14 años), y asegura son el motor de su vida. “Nos llevamos muy bien gracias a Dios, todos son muy buenos. Matías está a punto de egresarse del colegio parroquial, es abanderado, como lo fueron también sus dos hermanas”, contó en la nota.

Visiblemente emocionado, Pablo contó su historia: “Quien me dio las fuerzas y me enseñó a ser padre es mi esposa Belén, ella fue un ejemplo en todo sentido. Una excelente persona, que a pesar de su enfermedad, jamás se quejó, y me dio las pautas de cómo ayudar a los chicos en su crecimiento, cómo hacer frente a la adversidad, entre otras tantas cosas. Fui un afortunado, porque ella es el gran amor de mi vida y pude compartir todo”.

“Es una oportunidad única poder ser el padre de mis hijos, por las grandes enseñanzas que tuve y que tengo, también me siento bendecido por eso, son mi gran motor. Mi esposa luchó durante diez años contra la enfermedad, me enseñó a ser responsable también, y me dejó lo más preciado, nuestros hijos. Confió en mí para criarlos y darles lo mejor”, añadió.

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