"Rengo" Almeira, a un juicio abreviado por atrincherarse "Rengo" Almeira, a un juicio abreviado por atrincherarse
Con la pistola de un policia robada en los depósitos de Tribunales, 15 meses atrás Gabriel el "Rengo" Almeira se atrincheró en una casa del B° Reconquista y durante 10 horas amenazó con volar toda la cuadra, en avenida Solís al 1000.
El incidente adquiere de nuevo notoriedad, ya que el personaje sería llevado a juicio abreviado, caracterizado por el previo reconocimiento de culpa.
Para la ocasión, el fiscal Ramón Alfonzo y el defensor del individuo consensuarían los picos mínimos y máximos de la casi segura condena.
Al rojo vivo
La investigación recuerda que el "Rengo" Almeira se atrincheró en la vivienda, previo animar un escándalo y apoyarle una Itaka en la cabeza a la madre.
Cuando la policía fue a buscarlo, el "Rengo" creyó que era por una cuestión de drogas y decidió resistir el arresto a cualquier precio.
"Váyanse porque no me importa una m... Los voy a matar a todos", gritaba.
Ni siquiera se ruborizó cuando llegaron los policías del Usar, cuerpo policial para situaciones extremas.
No va más
Después de mucho "remar", el fiscal persuadió al "Rengo" y éste se rindió.
Mal pensaron los funcionarios cuando conjeturaron que la historia llegaba a su fin.
En realidad, el "Rengo" había activado otra "bomba" judicial, al exponer el robo de varias armas desde un depósito de tribunales.
La pistola que empleó en su osadía, conformaba un "combó" de secuestros: eran 9 pistolas y 3 escopetas incautados a siete policías de Las Termas, pronto a ser juzgados por el supuesto homicidio de Juan Ramón Díaz, "desaparecido" el 24 de octubre del 2010 en Cañada de Tala Pozo, Río Hondo.
Un negocio redondito
Sin querer, gracias al solitario individuo, con los meses la Justicia develó que la pistola en cuestión "andaba" en la calle, merced a un jugoso negocio ideado por un policía y empleados de Tribunales, debido a una mudanza interna.
Todos fueron cayendo, enrejados e imputados.
Hoy, la Justicia impulsa una causa paralela que amenaza con llevarse puestos también a empleados administrativos, a cuyo cuidado habían sido dejadas las armas de fuego.
Abstrayéndose de ese submundo, el "Rengo" hoy cruza los dedos y reza por una pena morigerada.
