Entre lágrimas aseguró que le "arruinó la vida"

Alrededor de dos meses y medio internada, superando distintas operaciones y tortuosos dolores, Mayra salió del Hospital y enfrentó una difícil recuperación.

Las heridas que le provocó Ulloa afectaron la motricidad de su brazo y su pierna izquierda, que si bien no le impidieron completar sus estudios de profesora de Danzas, sí le imposibilitan ejercer su profesión de manera óptima.

En su testimonio durante el juicio, Mayra reveló que durante el noviazgo ya había sufrido varios hechos de violencia y que no los había denunciado porque él la amenazaba con lastimarla a ella o incluso a su madre, y ella lo creía capaz.

Casi entre lágrimas, la joven trató de hacer entender al Tribunal que casi a diario recuerda su tormento. Que para peinarse se tiene que tocar la cicatriz que atraviesa su cabeza, que si bien recuperó movimiento en su brazo derecho, no tiene fuerzas para sujetar nada y necesita ayuda hasta para ponerse una media.

"El me arruinó la vida, hasta en las cosas más cotidianas como correr o andar en bicicleta, ¡pero estoy viva!", exclamó.