Narciso Narciso
Cuando comenzó a circular mi historia, me sentí aliviada de no tener que contarla yo misma porque, la verdad, aquí entre nos, me daba un poco de pudor ventilar esa obsesión malsana conmigo misma. Me pareció prudente que circulara en boca de otros, en voces ajenas y así, de a poco, yo me alejaría del relato en cuestión.
El problema fue cuando me enteré de que habían cambiado el sexo de la historia, sí, resulta que todos creen que Narciso es él, pero no. Narciso soy yo.
Blanca, hermosa, nacarada, casi etérea como una mujer paloma, una mujer de luz. Esa era yo. Altiva. Segura. Amada. Amada por mí. Me podía ver en todos lados, en cada espejo, en cada laguna, en cada gota de agua.
No les molestaba tanto mi belleza o mi confianza como mi sexo. Eso les molestaba más, una mujer enamorada de sí misma, no es algo que quede bien en un mito porque las mujeres no se quieren ni entre ellas. Se aborrecen, sangran, lloran, rasguñan, paren con dolor. Amarme era, realmente, mi mayor pecado. Y los dioses o los hombres no permitirían que este amor se conociera.
Cambiaron el sexo de la historia y todo lo femenino se volvió masculino para concordar con el equilibrio que fingían constantemente, que fingíamos las mujeres sobre todo.
Y me callé, me apagué, creí que era mejor no contarle a nadie. Y este amor se marchitó, se fue de a poco y comencé a pensar que quizás no estaba bien amarme tanto, que tal vez era hora de buscar un marido y una casa y un perro y un gato.
Hace tiempo pasé junto a un lago y tuve miedo de mirarme, ¡y pensar que antes me gustaba tanto!…
Bio de la autora
Nació en Salvador Mazza, Salta, y hace 8 años que vive en Santiago del Estero. Es profesora de lengua y literatura. Culminó sus estudios en el I.E.S N° 8, donde coordinó la revista “Malas lenguas”. Participó en las siguientes Antologías: Mis escritos 2013 “Antología internacional de poesía”; Mis escritos 2014 “Antología de arte y literatura”, Summa 2014; “Nacer Hembra” 2016 (compiladora).